ISRAEL: POR LA LIBERTAD, POR LA DEMOCRACIA, POR LA CIVILIZACIÓN

Turbas de fanáticos totalitarios y filoterroristas, acompañados como siempre de los tontos útiles de guardia y de los 'buenistas' despistados, se manifiestan por diversas capitales europeas, donde impera la libertad y la democracia, para vitorear el fin de la libertad, de la democracia y hasta de la civilización que supone el terrorismo palestino. También en Madrid, y también hacen manifiestos a favor de la supuesta víctima -que es en realidad el victimario- los artistillas mal llamados intelectuales, la izquierda-basura que medra al calor de la subvención de los gobiernos progres, los rumiantes que viven al calor del establo.

La izquierda posmoderna, esa izquierda relativista, irracionalista y proislamista todavía desconcertada por la caída del Muro de Berlín, y la derecha antisemita de siempre, esa derecha representada no sólo por los nazis que exterminaron a seis millones de judíos sino por los millones de 'buenos europeos' que callaron y se taparon la nariz ante el hedor que venía de Auschwitz, ambas ideologías sectarias nos falsean la realidad en la mayoría de los medios de comunicación. Se les llena la boca acusando a Israel de violar los derechos humanos y de crímenes de guerra.

¿Acaso no pertenece a la declaración universal de derechos humanos el derecho a la vida y a la seguridad de los 6 millones de israelíes que viven rodeados de terroristas islamistas que han jurado su aniquilación? ¿Acaso no considera la convención de Ginebra la utilización de civiles como escudos humanos, tal como hace Hamas, un crimen de guerra? ¿De qué estamos hablando?

Israel es el único país democrático de la zona rodeado por Estados totalitarios que directamente o por mediación de palestinos terroristas subvencionados se enfrenta a su aniquilación, es el único país de la zona donde las personas son ciudadanos -tienen todas las libertades incluida la de votar a sus políticos-, es el único país de la zona donde las mujeres, los homosexuales, las minorías diversas, tienen todos sus derechos humanos protegidos.

Imaginemos por un momento qué pasaría si Israel no se defendiese de Hamas y de sus patrocinadores, si Hamas triunfara en la tierra que unos llaman Israel y otros Palestina, si la 'sharia' sustituyese a la 'diabólica democracia liberal': no sólo los ciudadanos de Israel perderían sus derechos cívicos, perderían sus libertades, su derecho al voto; las mujeres y las minorías como los homosexuales perderían su derechos humanos y serían tratadas como animales, y cuando intentaran defender su dignidad las primeras serían lapidadas y los segundos ahorcados. La mujer que puede ser próximamente primera ministra de Israel, Tzipi Livni, no aceptaría recluirse en casa bajo el velo de la ignominia y sería semienterrada y lapidada entre horribles sufrimientos agónicos hasta la muerte.

Esa es la realidad, Israel no sólo defiende la libertad y la democracia de su país, defiende la libertad y la democracia de todos nosotros, los que junto a ellos conformamos la única civilización realmente existente.

Podemos parafrasear a Martin Niemöller, pastor protestante torturado en los campos de concentración de Sachssenhausen y Dacha: "Cuando los islamistas se llevaron a los judíos yo no dije nada, pues no era judío. [...] Cuando me llevaron a mí ya no había nadie que pudiera protestar".