Los resultados electorales del 20N han permitido decir a muchos partidos que han ganado -algo, lo que sea y visto como sea- excepto al PSOE. El partido en el poder, el partido del joven inútil Zapatero y del viejo manipulador Rubalcaba, ha sufrido una debacle sin precedentes, un hundimiento total, pasando del 44% de 2008 al 29%. Un tobogán del 15%.
Ha ganado el PP, que ha obtenido mayoría absoluta, mejorando incluso la de Aznar. Pero el éxito no ha sido total: sólo ha incrementado sus votos del 40% al 45%. ¿A dónde se ha ido la mayor parte de los perdidos por el PSOE, nada menos que un 10% del 15% dilapidado? Pues a todas partes, a unas buenas y a otras menos buenas.
En general podemos decir que los votos comunistas cautivos han vuelto a su casa, Izquierda Unida, pero sólo un 4% más. En cualquier caso ya es mucho que un 7% de los españoles deseen un régimen totalitario como el de Cuba o Corea del Norte, cien millones de muertos y 22 años de la caída del Muro después.
La mejor noticia sin duda para la regeneración democrática española es la irrupción de UPyD, que ha pasado del 1% al 5%. Otros 4 puntos porcentuales más, ya tenemos el 8% de lo perdido por los socialistas. Pero la falta de democracia real en España la contemplamos cuando vemos cómo con el restante 2% de aumento que ha ido a parar a los nacionalistas, éstos 'se han puesto las botas' con sus pocos votos merced a la inicua ley electoral. UPyD con 1,14 millones de papeletas ha obtenido 5 escaños, CiU con 1,01 millones nada menos que 16 diputados, y lo más terrible, el brazo político de ETA con 0,33 millones de electores ha alcanzado 7 actas. ¿Cabe mayor injusticia? Ya está calculada la composición de un Congreso de los Diputados representativo del voto ciudadano: UPyD tendría 17 escaños, frente a los 15 de CiU y los 5 de Amaiur.
El resumen es que el PSOE ha dejado dinamitada a la nación española por su alianza estratégica con los separatistas y su negociación con ETA, y al Estado en ruinas por su despilfarro e ineptitud financieros. Pero como siempre pasa, el ciudadano prefiere el original a la copia, y sus veleidades con los nacionalistas han supuesto una pérdida brutal de votos para los socialistas que en parte han ido a parar a los propios nacionalistas, cuyas fuerzas secesionistas se han afianzado en Cataluña y País Vasco.
Mal panorama tiene Rajoy, que pretende recuperar económicamente al Estado y mantener la igualdad entre los españoles frente a los privilegios de los ricos que se quieren independizar, sin aceptar que es necesaria la regeneración democrática y nacional que propone UPyD: racionalización de la estructura del Estado, reforma de la Ley Electoral e independencia del Poder Judicial.