15 marzo 2015

LA HORA DE LA TERCERA VÍA

La ley de la evolución es como la ley de la gravedad, resulta muy peligroso desconocerla, y sobre todo desafiarla.

Hace casi 9 años, en 2006, nació Ciutadans de Catalunya como una asociación contra el excluyente nacionalismo catalán, y aun centrándose en nuestra comunidad autónoma declaró su intención futura de expandirse al resto de España en cuanto se constituyó como partido. Su meritorio éxito inicial en el Principado no lo permitió, y en 2007 desde el País Vasco, otra comunidad sometida al terror nacionalista, surgió UPyD como proyecto semejante y ámbito nacional. En 2009 Albert Rivera y Ciudadanos cometieron un gravísimo error, ante la emergencia de UPyD de cara a las elecciones europeas se aliaron con una coalición de los partidos más rancios y retrógrados de Europa, lo que resultó en un fracaso electoral y en una ruptura del partido en la que dos de los tres parlamentarios en Cataluña lo abandonaron.

En ese momento se pudo decir que Ciudadanos había muerto, y que UPyD quedaba como única fuerza nacional y regeneracionista en España. Pero la historia continúa y ha sido UPyD, con motivo de las elecciones europeas de 2014, ñla que ha cometido el gravísimo error de no ver el cambio en la sociedad española. La nueva era mediática de televisiones y redes sociales habían ayudado a desenmascarar la corrupción de la partitocracia, pero también propiciado el lanzamiento de una nueva fuerza, Podemos, neocomunista pero disfrazada de 'Lagarterana' regeneracionista. Ciudadanos, asimilado y reconocido su tremendo error 5 años antes, se lanzó en la sociedad mediática con su mensaje auténticamente regeneracionista; UPyD no salió de su cueva endogámica, y lo mas grave, rechazó la unidad de acción con Ciudadanos para conformar esa 'tercera vía' nacional que demandaba la sociedad. El resultado fue que UPyD no dio el salto cualitativo que el momento propiciaba y emergieron eurodiputados de Podemos y Ciudadanos. La posterior historia de despropósitos estalinistas en UPyD contra sus militantes que propiciaban la unidad de acción de todos los regeneracionistas nacionales es conocida.

En 2015, año que se presenta definitivo para elegir entre la corrupta partitocracia del PPSOE, su apéndice IU y sus hemorroides nacionalistas por un lado, y la extrema izquierda disfrazada de regeneracionismo por otro, confiemos que se fortalezca esa 'tercera vía', ese reformismo radical pero democrático. La selección natural es imparable, y todas las encuestas indican que los votantes de esa opción emergente han centrado sus expectativas en Ciudadanos como fuerza nacional, y dejado a UPyD al borde del camino.

Quien no se adapta al entorno cambiante está condenado. La ley de la evolución no puede ser ignorada y mucho menos desafiada. Quizá fuera bueno que los dos partidos regeneracionistas nacionales se hubieran unido. Uno de ellos no lo quiso así, pero la lucha por la vida -política- pondrá a cada uno en su sitio, y el mejor adaptado triunfará.

Lo realmente importante es que quien triunfe sea el reformismo democrático en este maratón electoral de 2015, y se imponga al corrupto bipartidismo y al totalitario comunismo 2.0.