18 mayo 2008

LIBERALES DE SALÓN


Tantas veces ha ironizado el que esto escribe sobre los 'progres de salón' como antítesis de los ciudadanos realmente progresistas, a la vista de la obscena exhibición de Zapatero y sus chiquilicuatres mediáticos, que faltaba poner el foco en una especie nueva que ha aparecido en este país en descomposición.

Estoy hablando del 'liberal de salón', esa especie 'joven pero suficientemente preparada' que ha formado una guardia de corps alrededor del 'enfermo terminal' Rajoy, pero cuyo único papel va a ser darle 'respiración ideológica asistida' mientras hace en el PP de 'primus interpares' entre la banda de caciques locales que aspiran a reyezuelos de las taifas españolas como Francisco Camps, Javier Arenas y Alberto Núñez Feijoo, todos ellos en la estela de la derecha más reaccionaria y caciquil de la historia española, la derecha carlista del siglo XIX y la derecha de la CEDA del XX.

Entre los más conspicuos 'liberales de salón' figura José María Lassalle, el que denuncia en las páginas de 'El País' el liberalismo antipático de Esperanza Aguirre y propugna un liberalismo simpático. Es verdad que la imagen política vale por mil palabras, y que la política en esta sociedad mediática en la que vivimos ha de ser también mediática, llamémosle simpática si se quiere. Pero la idea que subyace en el mensaje envenenado es que el PP ha de ser simpático para conquistar el apoyo de los nacionalistas -todos ellos hoy en día separatistas-, y por lo tanto que ha de plegarse al proyecto de demolición de la España constitucional. Liberalismo simpático: ¿simpatía por el diablo, como cantaban los Stones?

José María Lassalle, el que al referirse a María San Gil, una de nuestras mejores heroínas en el infierno vasco, suelta la flatulencia esa de "¿quién es esta tía, no se ha enterado que el PP ha cambiado?". Desde luego ese comentario sólo puede hacerlo un cretino o un miserable, y el peón de Rajoy tonto no parece. No es lo importante que Lassalle sea liberal y San Gil cristiano-conservadora; María vale mil veces más como ser humano y como actor político que defiende la libertad día tras día en el ‘corredor de la muerte’ vasco.

La razón de ser de un auténtico liberal no es alcanzar el poder, sino DEFENDER LA LIBERTAD. Eso es lo que distingue a un verdadero liberal, conservador o progresista, de un 'liberal de salón'.

1 comentario:

sarónico dijo...

Muy cierto. Alegrémonos de momento por el fracaso de un grave atentado a la libertad de expresión, sin que esos "liberales" movieran un dedo:

Grande-Marlasca, por la justicia
17 de Mayo de 2008 - 20:20:05 - Pío Moa
Ha causado furiosa indignación en medios progres el archivo de la denuncia presentada contra mí por los apologistas de la cheka –comunistas de IU fundamentalmente, pero no solo– a raíz de mi libro Años de hierro. Como muestra, este botón:

"Un tipejo llamado Pío Moa, a la sazón pseudohistoriador y manipulador de la historia, con ayuda del juez Grande-Marlaska, ha sido liberado de la denuncia que le pusimos, en aras de una pretendida libertad de expresión que le permite insultar gravemente y mentir con descaro. Es el mismo juez que ha acusado de injurias graves, entre otros, a los dibujantes de El Jueves por aquella famosa viñeta, y a otros por razones mucho menos graves, a mi entender. Sin embargo deja claro que no es un delito llamar criminales a los que defendieron con dignidad la legitimidad de la República y decir, entre otras lindezas, que estaba justificado el asesinato de Las Trece Rosas y de Lluis Companys, oque Franco no ejecutó a republicanos sino que simplemente les escarmentó (…) Yo, que también firme la denuncia, no me arrepiento. Esto no es una derrota de los denunciantes, sino del Estado de Derecho que permite que tipos como el tal Pío Moa, con ayuda del juez Grande-Marlaska, pueda seguir falseando la historia y manipulando nuestra Memoria Histórica".

Estos maestros del lenguaje injurioso y provocador se duelen de su mala suerte por haber caído su denuncia en manos de un juez íntegro que no entiende, como otros, la justicia según convenga a la política del ejecutivo. Estos señores que han introducido el insulto, la calumnia y la falsedad sistemática en el lenguaje común de los medios, estos adecuados seguidores de quienes "defendieron con dignidad la legitimidad de la República", aseguran, refiriéndose a los stalinistas, marxistas, racistas y golpistas varios amalgamados de hecho o de derecho en el Frente Popular, estos señores, digo, no toleran que alguien les cante cuatro verdades. Y, de conformidad con su carácter, intentan silenciar a los críticos y "reeducarlos", como siempre han hecho los stalinistas.

Explican ellos mismos: de haber sabido que la denuncia recaería en Grande-Marlaska, la habrían retirado. Cierto. Esperaban que cayera en manos de jueces como esos para (es decir, contra) la democracia: la "justicia" al servicio del despotismo gubernamental.

El auto del juez argumenta: "En el caso de autos, compartiendo el juicio jurídico formalizado por el Ministerio Fiscal, valorando las expresiones proferidas por el denunciado, consistentes principalmente en: "… los que, defienden la Ley de Memoria Histórica, se identifican con los criminales, los de las checas", las circunstancias en que se refirieron, presentación de un libro [Años de hierro] en modo alguno podemos concluir sobre una animus injuriandi, ajeno al criticandi, disintiendo de la opinión, como dicen los denunciantes, mayoritaria. Destacar como en la expresión imputada a quienes se llama criminales, no lo es a los altos representantes de la nación, quienes votaron la Ley de Memoria Histórica, sino quienes actuaron en las llamadas "checas". El que se refiera que aquellos se identifican con los últimos puede considerarse desafortunado, pero nunca, siguiendo su propio tenor literal, y sin necesidad de mayores interpretaciones, que les abarque el concepto de "criminal".

En efecto, los criminales indudabilísimos son los de las chekas. Y los autores de la ley, los "altos (¿?) representantes de la nación" –nación en la que no creen–, se han identificado ideológica y políticamente con aquellos criminales, y lo han hecho de forma asimismo indudable, después de haber falsificado la historia de modo radical y nuevamente indudable. Estos no son insultos ni siquiera frases desafortunadas, sino hechos perfectamente constatables, reproducidos en el manifiesto por la Verdad Histórica, que vuelvo a exponer más abajo. Prueben, si no, a demostrar lo contrario, en lugar de intentar persecuciones gulagianas.

La libertad está siempre en peligro, y más en estos tiempos de involución política. Para constatarlo baste señalar este otro hecho: solo han salido en defensa de las libertades, nuevamente, la COPE, Libertad Digital, Intereconomía y muy pocos más. Nadie, absolutamente nadie, en el mundo progre, ha protestado por la denuncia de corte chekista contra mí, por este intento de acallar una crítica que, además, se ha demostrado completamente veraz; por este ataque directo a la libertad de expresión. Nadie en la dirección del PP ha levantado tampoco la voz para condenar el desafuero. Nadie en El mundo, Abc, La Razón, por supuesto en las televisiones, tan mayoritariamente afectas a la telebasura. Triste, muy triste. Y muy revelador. ¿Qué clase de demócratas son todos ellos? ¿Qué democracia puede salir de tales actitudes?