UN HOMBRE DESNUDO

“Solo nos importan las personas
No nos importa donde naciste
No nos importa la lengua que hablas
No nos importa la ropa que vistes
NOS IMPORTAS TÚ”

Los mensajes de la campaña electoral de Ciudadanos (C’s) son muy buenos, pero siguiendo la famosa máxima de Mac Luhan “el medio es el mensaje” este partido emergente ha optado por hacerlos visibles por medio de una metáfora explosiva: su cartel presenta al joven candidato Albert Rivera en un púdico pero expresivo retrato desnudo.

Creo que C’s puede estar satisfecho del primer acto electoral de cara al 1-N. Como reconocen las fanáticos del Avui, ¡cuidado, que pocos partidos pueden presumir de abarrotar el Palau de la Música!... Y el impacto mediático del famoso cartel es y será un medio tan barato como efectivo para romper el cinturón de hierro mediático que protege al nacionalismo catalán. El sábado por la noche en TV3 salió hasta la fiestecilla del partido en rigor mortis desde hace años, el PSUC, pero ni una palabra, ni una imagen, del acto de C’s. Increíble, pero cierto.

Pero me gustaría advertir a C’s sobre un riesgo. Es en mi opinión positivo resaltar el ciudadanismo, la transversalidad ideológica del nuevo partido, su carácter innovador, su pluralismo interno. Me parece esperanzador ver a diversas gentes defender valores democráticos y cívicos fundamentales por encima de sus ideas, ver a socialdemócratas como Francesc de Carreras y a liberales como Arcadi Espada, a ácratas como Iván Tubau y a socialcristianos como Gotzone Mora, a jóvenes alternativos como Albert Roig y a luchadores cívicos como Antonio Robles. Aunque estas etiquetas sean una simplificación algo reduccionista, muestran una variedad ideológica muy sana. Pero todas ellas se pueden se pueden hacer encajar en una banda amplia que va del centro a la izquierda, con un centro de gravedad que es lo que algunos llamamos progresismo liberal.

El riesgo que yo veo es que la transversalidad se publicite como la no-ideología, el ni-de-izquierdas-ni-de-derechas, en lugar de mostrarla como una rica variedad que arranca desde el centro hasta la izquierda y la trasciende. Porque sólo la derecha, y en su caso más extremo el fascismo, oculta a veces su carácter reaccionario con esa estratagema. Y sin duda, si C’s se presenta como el nuevo partido que no es de derechas ni de izquierdas, el establishment utilizará ese argumento sin piedad para desprestigiar el proyecto. Ese es el riesgo.