Así que, independientemente de los datos científicos ciertos sobre el calentamiento del planeta, y de la controversia científica sobre el porcentaje debido a la acción humana, manifiesto mi desprecio por el circo mediático de Copenhague, más allá del caviar y las limusinas, las meretrices gratuitas y la violencia antisistema, y mi denuncia de los fraudes probados de ciertos sedicentes científicos que en realidad son creyentes de una seudorreligión, falsos profetas del engaño.
Y especialmente, por defender la ciencia contra la superstición, abomino de los profetas del Apocalipsis y de la Iglesia de Al Gore de los Santos de los Últimos Días.
Coda: Occidente siempre en vanguardia en la búsqueda de la redención de culpa. Diluido el cristianismo, derrumbado en Berlín el marxismo, surge ahora con fuerza la nueva religión: el CLIMATISMO.
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