Por eso no hay crisis económica sino desaceleración, por eso no hay negociación con terroristas sino proceso de paz, por eso el estatuto catalán es constitucional, por eso el privar a 15 millones de españoles de educar a sus hijos en español es cohesión social, por eso, en definitiva, el gobierno ha controlado en todo momento una huelga de transporte minoritaria.
La situación vivida esta semana larga por España ha sido trágica: millares de camiones han tomado los puntos neurálgicos del país paralizándolo por completo, como si hubieran sido los tanques de un Ejército golpista; pero no, simplemente eran bandas de bárbaros, salvajes y vándalos camioneros, presuntamente organizados y comandados por las que parecen mafias empresariales del transporte, donde descuella ese tal Julio Villaescusa, personaje condecorado recientemente por el gobierno de Zapatero por su sintonía política prosocialista, y que tuvo la desfachatez de amenazar a todos los españoles con anterioridad a los disturbios de la 'camión borroka'.
España, sumida en una crisis económica gravísima, ha sido llevada a pérdidas multimillonarias en todos los sectores agrícolas e industriales que no van a hacer sino agravarla, y sus ciudadanos han visto perdidos sus derechos cívicos por la barbarie vestida de camionero.
Mientras el país queda colapsado, ahí tenemos a Zapatero echando la siesta, y a Rajoy librando su batalla interna contra sus particulares molinos de viento. Podríamos decir que "esto es lo que hay", pero no sería exacto; deberíamos decir "esto es lo que hemos votado".
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