ZAPATERO EN EL PAÍS DE LOS BOBOS

En cualquier país democrático el presidente del gobierno habría dimitido, o al menos habría renunciado a presentarse a un nuevo mandato en unas elecciones. Mentir con rotundidad a los ciudadanos es algo que no se soporta en las democracias consolidadas, pero mentir en uno de los tres o cuatro asuntos que son los pilares del sistema democrático supone la expulsión inmediata del 'Olimpo político'.

Y Zapatero ha mentido con rotundidad, y con solemnidad y vehemencia, como le gusta a él decir las cosas, cuando anunció en declaración institucional después del atentado de Barajas que había suspendido todo contacto con ETA. Ahora él mismo ha reconocido que mintió en un tema básico para el Estado de derecho como es la lucha antiterrorista, porque siguió manteniendo reuniones y negociando con ETA hasta que ésta decidió por su lado hacer formal lo obvio, que el mal llamado proceso de paz quedaba suspendido, que no abandonado. Quizá hasta que con un nuevo gobierno Zapatero pueda alcanzar las prebendas políticas que el presidente no se atrevió a conceder estando las urnas tan cerca.

Richard Nixon tuvo que dimitir de la presidencia del país más poderoso de la Tierra porque había mentido en un tema infinitamente menos relevante para la libertad y seguridad de sus ciudadanos como eran unas escuchas telefónicas a los rivales en una campaña electoral. ¿Qué habría pasado en EE.UU. o en Gran Bretaña o en Francia, si el presidente hubiera reconocido sus embustes en un tema capital?

Pero claro, estamos hablando de naciones asentadas por siglos de regímenes democráticos, donde los ciudadanos tienen una mayor conciencia cívica y sobre todo son menos sectarios, menos hinchas del club de sus amores, y cambian el voto de un lado a otro cuando pillan a un político en un renuncio grave. Aquí, en esta joven democracia española, plena de nuevos ricos posmodernos, de 'bobos' -bourgeois bohemians- con bolsillo a reventar y ansia infinita de paz, en esta 'España de ladrillo y tomate', las mentiras de un gobernante, aun las gravísimas mentiras de un presidente de gobierno, se perdonan como se hace con un simpático vendedor de crecepelo, un truhán encantador, un chamarilero seductor, un bribón hipnotizador.

Por si fuera poco hoy la prensa publica las pruebas de lo que todos -todos los que queríamos saber- ya sabíamos, que Zapatero nos ha engañado siempre, y que también nos embaucó con embelecos cuando permitió que el aparato político de ETA entrara en el parlamento vasco con el disfraz de 'mortadelo comunista de las tierras vascas' y a los ayuntamientos vascos y navarros con el 'traje de lagarterana de ANV'. Lo cual supone financiación, poder político y terror institucional en pueblos y barrios para ETA, que nadie puede ya eliminar aunque ZP ilegalice ahora a esos partidos por motivos electoralistas.

Al Capone no fue encarcelado por sus crímenes mafiosos, sino por evasión de impuestos. La Historia a veces se escribe con renglones torcidos. Quizá 'Zapatero el embustero' sea derrotado el 9 de Marzo, pero si es así es más probable que lo sea por la crisis económica que amenaza el bienestar pacifista y multiculturalista de los 'bobos' españoles que por las terribles mentiras de un presidente mendaz.