09 octubre 2009
IMPULSO CIUDADANO
Capitaneada por el diputado no nacionalista en el parlamento catalán, José Domingo, ha nacido una nueva asociación cívica para defender la libertad en Cataluña, feudo medieval donde la democracia está menguada por el nacionalismo excluyente que impera en esta región desde el nacimiento de la comunidad autónoma, primero con el nacionalismo de derechas de CiU y luego con el nacionalismo de izquierdas del PSC y sus satélites.
Impulso Ciudadano nace según sus afiliados para defender la pluralidad ideológica, lingüística y cultural de la sociedad catalana, acorralada sin duda por el totalitarismo nacionalista. Bienvenido sea.
Ahora bien, será imprescindible que las diversas asociaciones que luchan por parecidos o iguales objetivos trabajen juntas, por lo que les une, y no divididas; ahí tenemos desde hace años a la Asociación por la Tolerancia y a Convivencia Cívica Catalana. La naturaleza humana es así, y muchos prefieren ser cabeza de ratón a cola de león. Un principio ilustrado que nos ha de guiar es asumir lo que la ciencia nos enseña acerca de la naturaleza humana, naturaleza real y competitiva, muy alejada de los tópicos idealistas de paz y amor que cantan los progres de salón.
Y lo que es fundamental, sabiendo que la política se decide en los parlamentos, en el nacional y en los autonómicos, todos los ciudadanos, en este caso de Cataluña, que defiendan la libertad frente al nacionalismo obligatorio, han de ser conscientes de que sólo acumulando fuerzas y votos en las opciones valedoras de nuestra democracia como nación de ciudadanos libres e iguales en derechos, podremos combatir el acoso etnicista.
No me cabe duda de que en estos momentos sólo UPyD defiende con firmeza semejante opción ilustrada. Ni la nueva CEDA del PP, rehén permanente de sus barones regionales, ni el cadáver insepulto de Ciutadans lo hacen. Confiemos en que los ciudadanos catalanes y los dirigentes y militantes de estos movimientos cívicos entiendan también la importancia de los votos y de las elecciones. El año que viene votamos un nuevo parlamento de Cataluña.
Impulso Ciudadano nace según sus afiliados para defender la pluralidad ideológica, lingüística y cultural de la sociedad catalana, acorralada sin duda por el totalitarismo nacionalista. Bienvenido sea.
Ahora bien, será imprescindible que las diversas asociaciones que luchan por parecidos o iguales objetivos trabajen juntas, por lo que les une, y no divididas; ahí tenemos desde hace años a la Asociación por la Tolerancia y a Convivencia Cívica Catalana. La naturaleza humana es así, y muchos prefieren ser cabeza de ratón a cola de león. Un principio ilustrado que nos ha de guiar es asumir lo que la ciencia nos enseña acerca de la naturaleza humana, naturaleza real y competitiva, muy alejada de los tópicos idealistas de paz y amor que cantan los progres de salón.
Y lo que es fundamental, sabiendo que la política se decide en los parlamentos, en el nacional y en los autonómicos, todos los ciudadanos, en este caso de Cataluña, que defiendan la libertad frente al nacionalismo obligatorio, han de ser conscientes de que sólo acumulando fuerzas y votos en las opciones valedoras de nuestra democracia como nación de ciudadanos libres e iguales en derechos, podremos combatir el acoso etnicista.
No me cabe duda de que en estos momentos sólo UPyD defiende con firmeza semejante opción ilustrada. Ni la nueva CEDA del PP, rehén permanente de sus barones regionales, ni el cadáver insepulto de Ciutadans lo hacen. Confiemos en que los ciudadanos catalanes y los dirigentes y militantes de estos movimientos cívicos entiendan también la importancia de los votos y de las elecciones. El año que viene votamos un nuevo parlamento de Cataluña.
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3 comentarios:
La situación frente a las próximas elecciones autonómicas catalanas es muy complicada. Nos hemos ido ganando a pulso la dramática situación a la que, si no cambian mucho las cosas, se presentará el no-nacionalismo a esta nueva convocatoria.
Las broncas en el seno de Ciudadanos, provocadas, principalmente, por la ambición personalista de Albert Rivera y sus adláteres, han desbordado las peores expectativas que se tenían sobre el futuro de este partido. Ni en sueños hubieran imaginado los nacionalistas y filonacionalistas un destino tan trágico para esta formación.
Pero ahí está UPyD, que sigue siendo invisible en Cataluña, y sigue especulando su dirección con la muerte de Ciudadanos.
¿Alguien se ha planteado lo alejado que está el partido de Rosa Díez y Martínez Gorriarán de la realidad sociopolítica catalana? Está en la estratosfera, y parece que, por ahora, no se ha decidido a moverse demasiado de ahí. Ni se mueve ni se oye. Son pocos, están mal avenidos, y no se creen en absoluto, con razón, la estrategia marcada por Martínez Gorriarán.
Por otro lado, si Gorriarán lo hace mal, ya no te digo lo que supondría que ciertos trepas se subieran al carro de nuevo en nuestra región. Estoy hablando de los "liberales" (ultras) de Regeneración Democrática y demás.
En pocas palabras, que o nos ponemos las pilas pronto o nos vamos todos al diablo en 2010. Sólo faltaría que partidos como la Plataforma x Catalunya del xenófobo Josep Anglada o la escisión de ERC liderada por el filofascista Joan Carretero entraran en el Parlament y el constitucionalismo fuera descabalgado (Ciudadanos) o no lograra hacerse un hueco (UPyD). Por desgracia, todo apunta a que ocurrirá eso si no nos replanteamos el estado de las cosas inmediatamente.
Rivera y lo que queda de Ciudadanos tendrían que haber abdicado en favor de UPyD, de la única alternativa no-nacionalista viable, hace ya tiempo. Pero UPyD, en el próximo congreso, tendría que tirar por la borda esa basura de la transversalidad y constituirse la izquierda nacional que tanto necesitan las regiones detentadas por el nacionalismo separatista. El siguiente paso consiste en salir a la calle y estar presente en todas las movilizaciones sociales y de reivindicación de los derechos laborales pisoteados más que nunca en la Cataluña democrática por los efectos de la crisis.
El futuro de una formación no-nacionalista y progresista está en aquellos trabajadores afectados por los EREs que cantaron las cuarenta a Montilla, Carod y cía. el mismo 11 de Setiembre en el monumento a Casanovas. Son esas las verdaderas necesidades de la población catalana.
No hagamos como los nacionalistas, estar más preocupados de lenguas y banderas. Lo que nos toca es representar políticamente a los que nunca han sido representados.
"muchos prefieren ser cabeza de ratón a cola de león"
fantástica frase, yo me pregunto...
¿la solución pasa por una candidatura conjunta y de consenso a las próxima elecciones?
saludos
La solución tan sólo pasa por un sitio, y es que alguien convenza a Albert Rivera para que prepare el camino a UPyD y para que reconozca sus errores -por llamar de alguna manera neutra al papel que ha desempeñado en C´s. La persona más apta para conseguirlo es Francesc de Carreras. Lo que ocurre es que tampoco él tiene por qué pensar que UPyD sea una solución a nada. Y lo comprendo.
La dirección de UPyD puso como excusa de no querer aliarse a C´s en su momento que éste no era un partido nacional, que su ideología era de centroizquierda y que Francesc de Carreras había apostado por un referéndum de autodeterminación en una cadena de televisión. Fue un pretexto ridículo, la verdad. El caso es que esta antipatía entre unos y otros está originando un desapego que los electores no-nacionalistas no podemos admitir. Albert Rivera no es de confianza, pero ¿lo son en UPyD?. Mientras el coordinador Ángel Hernández intenta mantener el tipo ante una dirección estática, un grupo de saboteadores pretende convertir UPyD-Cataluña en un inviable partido de derecha populista y españolera.
Primero hay que limpiar el partido de dinamiteros y "liberales", y luego hay que volver a dar una campanada mediática firmando un nuevo manifiesto de respaldo a UPyD por parte de quienes antes apoyaron a C´s, así como reclutar nuevas adhesiones. Hay que constatar que, entre Laportas y Carreteros varios, los nacionalistas están cada día apareciendo en los medios. Nosotros no podemos ser menos, no nos lo podemos permitir, mucho menos que ellos.
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