¿POR QUÉ LES LLAMAN ANTIFASCISTAS CUANDO QUIEREN DECIR ANTIDEMÓCRATAS?

A pesar de que en el 'oasis mediático' catalán casi pasa desapercibida, la noticia ayer en Barcelona fue de nuevo el terrorismo callejero protagonizado por la extrema izquierda que asoló sus calles. Barcelona lidera el ranking en España, y probablemente está muy arriba en el 'top ten' europeo, de actos de vandalismo político antisistema, descartado el etarra naturalmente. ¿Por qué?

El pretexto en Barcelona como en Madrid y en otras ciudades españolas era la condena del asesinato de un joven izquierdista a manos de la extrema derecha hace una semana. Está claro que todos los demócratas condenamos a la extrema derecha, y especialmente el crimen fascista. Pero lo hacemos desde la democracia y no desde el fanatismo izquierdista, fiel reflejo especular de la barbarie neofascista. Ese fanatismo que mezcla okupas violentos, izquierdistas extraparlamentarios, anarquistas y demás especimenes antisistema. Se autodenominan antifascistas pero son realmente antidemócratas, y como siempre los medios de comunicación les siguen el juego.

Lo que ayer pretendía la extrema izquierda en España era aprovechar la emotividad de condena del crimen político para enaltecer la violencia política y provocar la barbarie por las calles. Pero resulta curioso que así como las manifestaciones de totalitarios de izquierdas, con brotes terroristas, en Madrid y en otros sitios han sido resueltas con un éxito policial y cívico, el terror callejero, el vandalismo político y la barbarie izquierdista han lucido sin igual en Barcelona.

Es hora de preguntarse por qué. ¿Porque la Policía Nacional es más eficiente que los Mossos d'Esquadra? Es posible. ¿Porque en Barcelona hay más extremistas antisistema? Es probable. ¿Porque en Barcelona el auténtico fermento terrorista infiltrado en la barbarie antisistema es el ultra-nacionalismo catalán, el remedo y a la vez germen de la ETA catalana? Es seguro.