30 abril 2008

RAJOY, CAMINO DE SERVIDUMBRE


Frente a los que opinan que Mariano Rajoy no ha entendido el mensaje de las pasadas elecciones, creo muy al contrario que sí, que el líder 'popular' lo ha comprendido perfectamente. Ha columbrado que para alcanzar el poder a corto plazo hay que hacer como ZP, abandonar los principios y los valores de la democracia liberal y lanzarse a la piscina del populismo. Rajoy ha iniciado lo que parafraseando al ideólogo liberal Hayek podríamos llamar un camino de servidumbre, y se ha echado en brazos del populismo, como lo denuncia su agresivo alegato de Elche, donde clama por un partido sin ideología, como el PSOE de Zapatero, que trate de contentar a todo el mundo y que en nombre de lo 'popular', se ceda a los privilegios localistas.

Justo como hizo la derecha tradicionalista y católica de Gil-Robles al nuclear en torno a su "Acción Popular" la Confederación Española de Derechas Autónomas, la CEDA. Y eso conlleva expulsar del partido a los que defienden los principios liberales a fin de poder acomodarse a las necesidades electorales de cada momento, y por supuesto incluye también ser catalanista en Cataluña, vasquista en el País Vasco y galleguista en Galicia.

Rajoy se impondrá en el próximo congreso del PP a la búlgara, por aclamación de 'todo el mundo', pero eso sí, quedará prisionero irremisiblemente de sus señores feudales, de los barones confederados; del reyezuelo de Valencia, Francisco Camps, el del estatuto autonómico de la cláusula “y dos huevos duros”; del emir 'andalusí' Javier Arenas, el democristiano del estatuto de la “nación andaluza” y del blindaje del flamenco y del río Guadalquivir (sic); del duque de Suevia -perdón, Galicia- Alberto Núñez Feijoo, el que dijo que "la identidad galleguista forma parte de nuestros genes" (resic)...

El populismo, esa gangrena de la democracia, siempre ha utilizado el 'traje de lagarterana' del adjetivo 'popular' para encubrir su falta de ideología y de valores universales. El comunismo se disfrazó de 'frente popular' subiendo a su carro a socialistas y radicales extraviados como compañeros de viaje y tontos útiles, y la Democracia Cristiana se ha reconvertido en 'partidos populares' para atraer más votantes aparentando ser menos doctrinaria y más abierta, unciendo a su yugo a conservadores y liberales extraviados, igualmente compañeros de viaje y tontos útiles. Siempre se ha tratado en realidad de una pura operación de marketing político para alcanzar el poder como sea, a cambio de lo que sea.

Zapatero anunció en el discurso de investidura que las prioridades de su gobierno son la economía, el cambio climático y la igualdad de género. Rajoy nos sorprendió a todos haciendo una afirmación sorprendente, que para el PP sólo hay una prioridad, la economía. Para mí, y pienso que para muchos ciudadanos, además de la crisis económica como es obvio, hay otras necesidades políticas imprescindibles hoy en día: la igualdad de todos los españoles ante la ley, incluyendo el derecho a la igualdad en materias fundamentales como son la Educación, la Sanidad y la Hacienda; la independencia del Poder Judicial, hoy esclavizado a los partidos políticos; el combate con la ley pero hasta la derrota final del terrorismo. Curiosamente, en la sesión de las Cortes Generales sólo oí clamar por estos temas a una diputada: Rosa Díez.

Mientras Zapatero disfruta del poder compartiéndolo con sus aliados nacionalistas, Rajoy ha tomado el camino de servidumbre de abandonar los valores liberales para hacerse el simpático con los secesionistas y alcanzar también algún día el gobierno. Pero quizá el año próximo en las elecciones europeas -que se celebran en circunscripción única y son por tanto muy proporcionales- ambos vean con sorpresa que muchos ciudadanos votamos a una fuerza política joven y menuda, pero libre de servidumbres y plena de los valores liberales y progresistas, regeneracionista, que defiende la nación de ciudadanos libres e iguales en derechos y deberes como en el Cádiz de 1812: la UPyD de Rosa Díez.

26 abril 2008

ECOLOGISMO CRIMINAL


La ecología como ciencia es respetabilísima y como movimiento social puede aportar beneficios para el futuro de la humanidad. Pero en este Occidente en decadencia por posmoderno y por ende relativista se ha instalado un movimiento ecólatra más que ecologista, que resulta ser extremista por participar del fundamentalismo ecológico y reaccionario por combatir directamente el progreso.

Lo lamentable es que está proliferando dentro del movimiento ecologista este retroecologismo, la mayoría de cuyos profetas son progres de salón, izquierdistas rococó, ecologistas de moqueta del tipo Al Gore, ese multimillonario que desde sus mansiones hollywoodienses y su jet privado lucha contra el cambio climático anunciándonos el apocalipsis, como si fuera el santón de una nueva religión, la 'Iglesia de Algore de los Santos de los Últimos Días'.

La mejor prueba de lo que algunos venimos denunciando hace tiempo es que ahora representantes del Fondo Monetario Internacional y de la ONU se han atrevido a decir lo obvio: que la estúpida política de potenciar y subvencionar los biocombustibles para reducir las emisiones de dióxido de carbono está provocando un encarecimiento descomunal de los alimentos puesto que los agricultores están cambiando cultivos de alimentos por cereales y oleaginosas como materias primas para biocarburantes, lo que si en Occidente provoca una inflación que nos agudiza la crisis económica, en el tercer mundo sencillamente provocará hambrunas ya olvidadas. La mojigata y moderada ONU habla directamente de que la producción de biocombustibles es un crimen contra la humanidad, y puede provocar en breve más de cien millones de seres humanos muertos por hambre.

Los talibanes son el cáncer de la humanidad en cualquier ámbito de la vida, sea en el religioso, en el político o en el ecológico. Pero lo peor es esta sociedad alelada de progres de salón, pacifistas de subvención y ecologistas de moqueta que les hace caso de forma embelesada.

20 abril 2008

¿PRESIDENTA CHACÓN?


Zapatero sigue triunfando políticamente merced a su potente aparato de agitación y propaganda, sabiendo convertir cada respuesta desde la derecha tradicionalista a sus provocaciones en nuevos sacos de votos para el Adolescente Solemne.

Ahí tenemos su última gran provocación, entre otras varias relativas al nuevo gobierno, de nombrar a Carmen Chacón ministra de Defensa. Mientras hablan de modistillas y de 'bombos' pasando revista al Ejército español, nadie habla de la peligrosa política de ZP, la de la demolición de los principios básicos de la democracia liberal, como son la independencia del Poder Judicial y la abolición de los privilegios regionales. Y mucho menos un PP dedicado a sus guerras internas.

Tengo para mí que no somos capaces de valorar a ese 'animal político' en bruto que es Carmen Chacón. Es todavía muy joven, pero apunta maneras, en lo bueno y en lo malo. En lo bueno, porque parece una persona con carácter, con ideas claras y con capacidad de iniciativa y de liderazgo. Su viaje sorpresa a Afganistán ha dado en la diana, y estoy seguro de que nos dará nuevas sorpresas exitosas. Su auténtico y desconsolado llanto ante el cuerpo insepulto de su adversario político, Gabriel Cisneros, llegó a mucha gente.

En lo malo, porque como su jefe y mentor, es capaz de defender una cosa y luego la contraria, siempre que la encamine a su objetivo. "Estos son mis principios pero si no le gustan tengo otros" parece ser el lema de Zapatero y de Chacón. La 'niña de Felipe' que se declara pacifista y ecologista, que defiende la existencia de la nación catalana (sic) y que no le importa desfilar del brazo de los amigos de Rubianes y su 'puta España', es también capaz de dirigir al ejército que combate en Afganistán y otros lugares, y de gritar ¡viva España! y ¡viva el Rey!

Atención y cuidado con las mofas y befas machistas acerca de Carmen Chacón, porque ahora que Rajoy ha decidido dinamitar el Partido Popular e impedir que Esperanza Aguirre pudiera -recalco lo de pudiera- haber llegado a ser la primera presidenta del gobierno de España, esta catalanista y españolista a ratos puede ser la primera fémina en alcanzar tan alta magistratura, una vez Zapatero se haya aburrido de ganar elecciones sin un rival que llevarse a la cara.

18 abril 2008

GOBIERNO DE CHIQUILICUATRES


Nuestro gobierno -el gobierno que hemos votado y que por tanto nos merecemos- es un consejo de ministros chiquilicuatres, y no precisamente por tener un mayoría de mujeres, como han denunciado desde la derecha tradicionalista y algo machista.

Como ha dicho uno de los pocos líderes políticos liberales que hay en el PP, Esperanza Aguirre, quizá ése sea uno de los escasos aciertos del Gran Chiquilicuatre, José Luis Rodríguez Zapatero. No, el problema no es el sexo de los ministros, sino la mezcla de fétida experiencia de algunos de ellos unida a la insípida inexperiencia de otros.

Uno, el 'brikindans' del peor ministro/a de Fomento de la historia de España, la inútil e incapaz pero arrogante y soberbia Magdalena Álvarez, la ministra 'antes partía que doblá'. Dos, el 'crusaíto' del peor ministro/a de Justicia de la Democracia, el aborrecido por la administración de Justicia y más todavía por los ciudadanos indignados por el escarnio al que son sometidos en ese ámbito, el sectario y tabernario Fernández Bermejo. Tres, el 'maiquelyason' de la caterva de inexpertos/as que no se sabe si son carne o pescado, si suben o bajan, porque desconocen totalmente las responsabilidades que les han sido encomendadas, incluyendo una persona muy simpática y que quizá un día sea un estadista, pero que a los 31 años es imposible que dirija un ministerio, aunque sea un ministerio esotérico como el de la Igualdad. Y cuatro, el 'robocop' de un ministro de Exteriores como Moratinos que es el hazmerreír del mundo occidental y sólo aporta aliados a Zapatero entre los sátrapas meridionales, los caudillos iberoamericanos y los teócratas orientales.

Y mientras los españoles asistimos embobados al baile del Gran Chiquilicuatre y sus mariachis, nos adormecemos con sus pegadizas estrofillas de baja estofa: la rendición ante una organización terrorista se llama 'proceso de paz', la instauración de privilegios neofeudales se denomina 'España plural y diversa', la crisis económica se designa como 'desaceleración', y los trasvases entre cuencas hidrográficas son 'conducciones urgentes de agua'. ¡Perrea, perrea, el chikichiki mola mogollón!

Gobierno de chiquilicuatres, país de chiquilicuatres.

12 abril 2008

EL DISCURSO DE LA RAZÓN


El habitualmente tedioso proceso de investidura del nuevo presidente del gobierno nos ha deparado a todos una sorpresa mayúscula. No ha sido el gran partido de la oposición con 154 escaños el que ha criticado el aspecto más lamentable del discurso del candidato Zapatero, como es la ruptura de la libertad e igualdad de todos los ciudadanos españoles por su proyecto político confederal, es decir, de no sólo mantenimiento sino de gran incremento de los privilegios de ciertas taifas periféricas, sino que ha sido la única diputada de UPyD, Rosa Díez, la que ha dibujado en unos pocos minutos las grandes líneas del proyecto político que España necesita en estos momentos.

Quizá no sea una desventaja tener tan poco tiempo para parlamentar; los partidos mayoritarios se pierden en retóricas y elucubraciones en sus largas peroratas, mientras que disponer de un breve lapso de tiempo obliga a preparar y presentar de una forma precisa y concisa las principales ideas-fuerza.

Rosa Díez en apenas unos minutos ha desbrozado las grandes necesidades de la política española para contrarrestar la de nuestro Adolescente Solemne: la reforma de la injusta ley electoral, una política común para derrotar a ETA, una Justicia realmente independiente con reformas de la LOPJ, del Tribunal Constitucional y de la Fiscalía General, y la vuelta a una Educación, Financiación y Sanidad nacionales que eviten la desigualdad actual fruto de los privilegios neofeudales de ciertas autonomías.

En el fondo, el programa de UPyD se resume en recuperar los principios fundamentales de la democracia liberal -fruto de la Razón ilustrada- que la Constitución del 78 trató de implantar en España, si bien dejó las puertas abiertas a la involución en algunos aspectos. Ahora que nos acercamos al bicentenario de la proclamación de la primera ley de leyes democrática de España, la constitución liberal de 1812, conviene recordar que los pilares de la democracia son dos: el imperio de la ley que garantiza la libertad e igualdad de todos los ciudadanos porque destruye los privilegios localistas y estamentales, y la separación de los tres poderes del Estado que garantiza la independencia de la Justicia. Ambos están gravemente heridos en la España de Zapatero.

A la vista de los discursos de las Cortes, pareciera que el PSOE de Zapatero y el PP de Rajoy lo han olvidado. Afortunadamente Rosa Díez nos lo ha explicado muy clarito. La diputada de UPyD es la que ha pronunciado el discurso de la Razón.

06 abril 2008

DEL PP A LA CEDA


Muchas veces hemos denunciado cómo en la España actual las ideologías habían invertido su visión del Estado igualitario. De siempre ha sido la derecha tradicionalista la defensora de los privilegios localistas, casi siempre unidos a los caciques locales, a los clérigos trabucaires y a los 'lobbies' regionales, y la izquierda ilustrada la valedora del igualitarismo territorial. Ahí están los carlistas del siglo XIX frente a los liberales, y la CEDA, la Confederación Española de Derechas Autónomas, frente a la izquierda de los años treinta. Bien es cierto que también ha habido derechas unitarias e izquierdas confederalistas.

Naturalmente pasaba y pasa lo mismo en los países de nuestro entorno. En Italia ahora mismo tenemos a la derecha de Berlusconi coaligada con los separatistas de la sedicente Padania (la rica Italia del Norte) defendiendo un Estado cuasi-confederal, frente a una izquierda igualitaria que aboga por el mantenimiento -o recuperación- de la unidad italiana en los pilares del Estado de derecho como son la Educación, la Seguridad Social, la Financiación y la Justicia.

En cambio en España la izquierda posmoderna del multiculturalismo y el confederalismo, que en otros países aflora tan sólo en los partidos 'verdes' o en comunistas y anarquistas disfrazados de antiglobalizadores, ha resultado hegemónica en el PSOE, y ello ha conducido a la inversión ideológica ya comentada. Como reacción ante la deriva zapaterina, el PP acabó echándose en brazos de la defensa igualitaria de los ciudadanos.

Pero parece que tras la segunda derrota de los conservadores el ciclo se agota, y que Mariano Rajoy ha debido de columbrar que para recuperar el gobierno de España debe defender los privilegios neofeudales, aunque se rompa la igualdad y la solidaridad de los españoles. Y sobre todo pactar con los nacionalistas para alcanzar la próxima vez la Moncloa. Porque sociológicamente es así, buena parte de la derecha tradicionalista y confesional del País Vasco y Cataluña vota al PNV y a CiU, y por eso en estas regiones el PP es minoritario.

"Madrid bien vale una confederación" ha debido de pensar el líder 'popular', y se ha echado en manos de sus barones regionales. Y ahí ha sido el llanto y el crujir de los pocos liberales y de los conservadores defensores de la igualdad ciudadana que existen en el PP, y la algazara y la toma del poder interno de los barones neofeudales, Camps desde Valencia, Arenas en Andalucía, Núñez Feijoo desde Galicia y Valcárcel en Murcia.

Pues bien, entre un PSOE confederalista y un PP 'neocedista', cada vez se ensancha más el camino de los ciudadanos que defendemos la igualdad de todos los españoles ante la ley, la tercera vía, la que levanta la bandera de la tercera España, la que no busca los votos fáciles ni el poder por el poder, sino la unión, el progreso y la democracia: el partido de la flamante diputada en Cortes Rosa Díez, la UPyD, una fuerza liberal pero progresista, progresista pero liberal.

05 abril 2008

UN CHIQUILICUATRE EN LA OTAN


Esa fotografía de un Zapatero solo y desolado, aislado y abandonado por absolutamente todo el resto de jefes de gobierno y de Estado de la OTAN ha debido de resultar desesperante para el formidable aparato de agitación y propaganda de la Moncloa.

Pero así son las cosas y así las han fotografiado. Porque esa imagen vale por mil palabras que pudieran definir la posición de la España de Zapatero en la política internacional. Odiado por el imperio realmente existente, despreciado por el resto de Occidente, sólo tiene amigos entre los sátrapas meridionales, los teócratas orientales y los caudillos indigenistas de América.

Pero no nos engañemos. El problema no es del leonés, el problema es de los ciudadanos españoles, que le han renovado su confianza después de cuatro años de desgobierno nacional e internacional, y que ha dejado una España donde el terrorismo nacionalista ha vuelto a las instituciones, donde las taifas regionales han instaurado la desigualdad ciudadana a golpe de estatuto, donde la Justicia ya no es un cachondeo sino un escarnio, donde unas regiones mueren de sed mientras otras se inundan por la falta de un Plan Hidrológico Nacional.

Es esta "España de charanga y pandereta, chiquilicuatre y cía, devota de Zapatero y María, de espíritu burlón y de alma quieta" la que vota a Rodolfo Chikilicuatre como representante máximo de la canción española y a José Luis R. Zapatero como representante máximo del gobierno.

El diccionario de la Real Academia define chiquilicuatre como "Zascandil, mequetrefe"; zascandil como "Hombre despreciable, ligero y enredador" y mequetrefe como "Hombre entremetido, bullicioso y de poco provecho". Eso es lo que tenemos, eso es lo que somos: un país de chiquilicuatres.