España es un pudridero hediondo como consecuencia del derrumbe del Estado
español nacido de la constitución de 1978. España se ha convertido en un
muladar pestilente porque sobre las ruinas de España ha medrado la podredumbre
de la corrupción impune. Y se ha producido el derrumbe democrático por una
sencilla razón: la falta de los dos pilares fundamentales en que se basa la
democracia realmente existente: un Poder Judicial independiente de los partidos
políticos y una Ley Electoral representativa y justa que permita la pluralidad
y la regeneración democrática.
Las noticias sobre corrupción nos llenan los oídos, aunque el narcotizado
ciudadano medio, asustado por la crisis económica y distraído por la telemierda,
no parece enterarse. Corrupción en el PSOE (Chaves, Blanco…), corrupción en el
PP (Camps, Matas…), corrupción en CiU (Maciá Alavedra, Millet…), corrupción en
el PNV (comisiones de Álava…), corrupción en Izquierda Unida (Mercasevilla…).
Y ahora nos asaltan las noticias sobre posibles casos de alta traición de
jueces y policías en el caso del 11M, y del PSOE en la negociación con la organización
terrorista ETA, y como colofón la posible corrupción de la monarquía española, última
viga maestra del edifico estatal…
Sólo una regeneración democrática total permitiría limpiar y desinfectar
las ruinas de España, y levantar sobre pilares sólidos una constitución reformada
que se basara en la separación de poderes, una ley electoral abierta y representativa,
así como una racionalización de Estado que suprima duplicidades y triplicidades
impidiendo el despilfarro de autonomías y ayuntamientos.
La pregunta es: ¿existe el regeneracionismo español? Un pequeño partido lo
propugna, pero ha obtenido el 5% de los votos. El PP tiene mayoría absoluta,
pero ¿es Rajoy parte de la solución, o más bien es parte del problema?
1 comentario:
Fabuloso estupendo articulo verdadero en si mismo.
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