15 mayo 2011

RECONSTRUIR, REFORMAR, REGENERAR

No sirven de nada las apocadas medidas anticrisis del gobierno de Zapatero, ni servirán las más agresivas del futuro gobierno de Rajoy. Si queremos devolver España a la primera división de las economías occidentales, lo primero que hay que resolver es la deriva de una España inviable.

Nuestro Estado es inviable porque se ha dinamitado el espíritu de la constitución de 1978, se ha convertido en una vergonzante y vergonzosa confederación de taifas que despilfarran el dinero de los ciudadanos españoles, administraciones que triplican funciones y sueldos, instituciones sometidas a la bota de la oligarquía partitocrática y que deslegitiman decisiones de otras instituciones invadiendo sus ámbitos de responsabilidad, etc.

No hay salida a la crisis que no suponga primero reconstruir el Estado de arriba abajo, con todas sus consecuencias, volver a hacerlo viable política y económicamente. Para ello deberemos reformar las leyes, muchas leyes, y también regenerar la vida política.

Hay que empezar por reformar la constitución para definir y cerrar las competencias centrales, autonómicas y municipales, devolviendo a la administración de todos los españoles los pilares de la democracia como son la Educación, la Sanidad, la Fiscalidad y los Planes Nacionales de infraestructuras, eliminando duplicidades en el gobierno central para las competencias autonómicas, eliminado de raíz las inútiles diputaciones, y fusionando los ayuntamientos pequeños para hacerlos viables. Hay que reformar la Ley de Régimen Local y también la Ley de suelos. Hay que reducir el número de funcionarios administrativos y eliminar miles de cargos de designación política, auténtico establo para los rumiantes parasitarios de los partidos.

Hay que reformar el llamado falsamente Tribunal Constitucional, para hacerlo independiente de los partidos políticos, o sencillamente eliminarlo si creemos en un Tribunal Supremo de Justicia absolutamente independiente. Para ello hay que reformar la L. O. del Poder Judicial de manera radical. La separación de poderes debe ser absoluta.

Hay que reformar el Código Penal para asegurar el cumplimiento de condena más largo posible -que permita el derecho a la reinserción previo arrepentimiento- de los asesinos, sean terroristas, sean menores.

Para regenerar la política e inundar de oxígeno el pudridero actual hay que reformar la Ley Electoral para que se cumpla el principio democrático de 'un ciudadano un voto', hay que establecer limitación de mandatos, así como listas desbloqueadas y abiertas, hay que reformar la ley electoral municipal para que gobierne la lista más votada y no la suma artificial de votos que acumulen las mafias, los caciques y los corruptos de cada localidad. Y también hay que reformar la Ley de Financiación de partidos políticos para minimizar la corrupción galopante que padecemos.

En conclusión, o reconstruimos la España agónica que sufrimos o no saldremos de la crisis económica ni de la deriva secesionista que Cataluña y País Vasco tienen en su horizonte. Ni el destructor PSOE ni el heredero PP lo van a hacer, así que lo tendremos que llevar a cabo los ciudadanos, lo que algunos llamamos la tercera España, votando por el tercer partido nacional, por el único que propugna la regeneración, la reforma y la reconstrucción. El futuro está como siempre en nuestras manos.

1 comentario:

lonely_ dijo...

Yo aportaré mi #votoutil a UPyD