04 marzo 2007

EL HOMBRE QUE TRAJO ESTA PAZ


Como muchos de los conspicuos miembros del "club de los progres muertos", el cantante Víctor Manuel vistió el uniforme del régimen franquista antes de hacerse rojazo. Aunque lo ha ocultado en su discografía durante muchos años, ahora ha acabado reconociendo su canción en loor del dictador Franco. Sus últimas estrofas decían:

"Gracias le doy al gran hombre que supo alejar,
Esa invasión que la senda venía a cambiar.
Otros vendrán que el camino no habrán de labrar,
Él lo labró a los otros les toca sembrar.
Otros vendrán que el camino más limpio hallarán,
Deben seguir por la senda que aquél nos marcó,
No han de ocultar hacia el hombre que trajo esta paz,
Su admiración, y por favor, pido, siga esta paz"

Hubo un tiempo en que los opositores al franquismo gritábamos ¡Libertad! y abominábamos de la paz, la paz de Franco, la paz de los cementerios. La paz es muchas veces el opio que utiliza el gobierno para narcotizar a los ciudadanos que reclaman libertad. Lo hizo Franco y ahora lo hace Zapatero. ¿Será una técnica de los gobiernos autoritarios? ¿Será un atavismo proveniente del hecho de que muchos ideólogos del zapaterismo fueron eximios franquistas, empezando por Polanco y su académico Cebrián, representantes, respectivamente, del empresariado enriquecido gracias a la dictadura y de los falangistas metidos a comisarios políticos en los medios de comunicación?

En cualquier caso, Víctor Manuel y el resto de la secta compuesta por progres de salón, feministas de pasarela, ecologistas de moqueta, pacifistas de subvención, rojos de prensa rosa, antisistemas de coche oficial y antiamericanos de limusina hollywoodiense, pueden desempolvar la ripiosa canción de "Un gran hombre" y dedicársela a Zapatero, el nuevo caudillo, "el hombre que traerá esta paz". A costa de la libertad, naturalmente.

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