24 marzo 2007
EL GRAN CRISPADOR
A mi juicio el vodevil protagonizado por la Audiencia Nacional ha perjudicado más al Estado de derecho que la ignominiosa excarcelación del criminal en serie De Juana Chaos, porque esta última acción fue cometida claramente por el gobierno de Zapatero, mientras que la charlotada en torno al portavoz etarra Otegui ha involucrado al pilar fundamental del la democracia, el Poder Judicial.
Todo huele a fin de régimen. Un reo que se ríe de la Justicia, no acudiendo a la vista con pretextos falsos. Un fiscal que se presenta en el juicio sin toga y charlando animadamente con la etarra y abogada defensora del etarra. Unos jueces que pretenden imponer el imperio de la ley ordenando a la Guardia Civil que prenda y traslade en avión y helicóptero al acusado. Una vista donde la abogada defensora no necesita intervenir porque el fiscal hace una encendida defensa del etarra y proclama que, a pesar de que fue la fiscalía la única parte acusadora, ahora retira la acusación para impedir así que sea juzgado. Unos jueces que no tienen más remedio que soltar sin enjuiciar al etarra, pero que en la sentencia declaran que había pruebas objetivas para condenarlo si la fiscalía no hubiera impedido el juicio. ¿Sigo?
Todo huele a fin de ciclo. Zapatero podría haber optado por una vía en mi opinión equivocada y peligrosa pero decente, que es declarar que quería firmar la paz con ETA y que para ello necesitaba excarcelar a los etarras, impedir los juicios pendientes a través de la fiscalía, derogar la Ley de Partidos para que Batasuna entrara en las instituciones, promover la unión de Navarra con el País Vasco, etc. Quizá una mayoría de españoles habría aprobado su rendición, porque los nuevos ricos lo que quieren es tranquilidad, aunque sea a cambio de la libertad. O quizá no, y eso le habría costado el gobierno, pero al menos sus seguidores partidarios de esa vía de apaciguamiento habrían quedado sin mala conciencia.
Y lo que es más importante, esa política transparente no habría obligado a las técnicas goebbelsianas del PSOE y su aparato mediático prisista -incluida la farándula de los artistillas e intelectualillos- para establecer un cordón sanitario en torno al PP, el partido de la oposición que no puede dejar de denunciar que todo es una inmensa mentira, acusándoles de franquistas, extrema derecha, intolerantes, guerracivilistas y demás epítetos. Cordón sanitario inventado por Lenin y practicado con destacado éxito también por Hitler. Porque esa Gran Mentira goebbelsiana está conduciendo a los ciudadanos españoles a una crispación preocupante, y a un ambiente prebélico, como anuncia hoy Felipe González.
Pero no engañemos a nadie: el guerracivilismo lo ha traído solito el PSOE con su Gran Mentira que trata de ocultar su negociación con ETA. La política del PP podrá gustar o no, pero no ha aportado ni un gramo de crispación. Salir a la calle a defender la libertad no crispa, sino que fortalece la democracia. Denunciar en el parlamento los fraudes y los embustes no crispa, sino que sanea la democracia. Sólo hay un Gran Crispador, el proyecto de fin de régimen de Polanco que ejecuta Zapatero. ¿Oído, ciudadanos?
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1 comentario:
Lo que dices siempre me parece acertado. Especialmente valioso viniendo de Cataluña. Coincido en todo lo que dices.
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