LA REGENERACIÓN DE CATALUÑA

Entre el ninguneo y el insulto ocasional, se ha presentado en Cataluña el programa electoral del partido maldito por excelencia, el único partido inequívocamente nacional que defiende la Unión de todos los españoles en un proyecto de Progreso y regeneración de la Democracia, el único partido por el que no se pregunta en las encuestas, no sea que se vaya a descubrir su existencia: UPyD.

Su candidato es el veterano luchador por la libertad en la Cataluña del nacionalismo obligatorio Antonio Robles, co-fundador del partido que pudo ser y no fue, Ciutadans, eficaz portavoz de los ciudadanos no nacionalistas en el parlament de Cataluña durante tres años.

Su programa electoral abarca más de cien propuestas, pero como el decálogo bíblico se puede resumir en dos grandes líneas programáticas:

- Frente a la demanda constante de más competencias de autogobierno, un mejor autogobierno.
- Frente a más derechos para el territorio, más libertad e igualdad para la ciudadanía.

Lo que resume el gran proyecto regeneracionista de UPyD: reforma de la constitución y de los estatutos de autonomía como el catalán que rompen la igualdad de derechos de los españoles, reforma de leyes fundamentales como las leyes electorales (proporcionalidad y listas abiertas) y la del Poder Judicial (separación de poderes), devolución al Estado central de pilares democráticos como la Educación, la Seguridad Social, la Fiscalidad y las Infraestructuras, abolición de la leyes autonómicas que no respetan el derecho al bilingüismo, y por supuesto racionalización y adelgazamiento de los tres niveles administrativos (central, autonómico y municipal), eliminando el despilfarro y la duplicidad de funciones.

El 28-N Cataluña cambiará de gobierno, pero no de Régimen nacionalista. Sólo con diputados como Robles que defiendan la unión de los ciudadanos de Cataluña al resto de los españoles en una nación común y un Estado fuerte que garantice los derechos de sus ciudadanos podremos sobrevivir al proyecto etnicista de secesión. Es necesario que la regeneración democrática llegue a Cataluña, una comunidad hedionda donde la corrupción ha alcanzado sus cotas más altas gracias al neocaciquismo nacionalista.