13 mayo 2007

LAS CIUDADES PARA LOS CIUDADANOS


Si hay un ámbito político donde el Partido de la Ciudadanía puede crecer es en el de las elecciones municipales. Es cierto que se enfrenta a barreras descomunales, a gigantes terroríficos, a celadas insospechadas.

No sólo los partidos políticos nacionalistas ven en C's un enemigo para su sociedad cerrada, nacionalista a la fuerza y sumisa a los mitos etnoculturales. También los dos grandes partidos nacionales -nadie sabe ya que es Izquierda Unida, salvo una tribu de comunistas trasnochados que para sobrevivir se disfrazan de lo que haga falta, en Cataluña y el País Vasco de nacionalistas, en el resto de España de ecologistas o de feministas-, el PSOE y el PP, temen a Ciudadanos. El primero porque C's desde la izquierda moderada denuncia su deriva filonacionalista y confederalista, el segundo porque puede perder los votantes que sin ser de la derecha confesional le votaban porque no había otra opción. Y también porque Ciutadans puede recuperar muchos votos abstencionistas desencantados de los partidos oligárquicos y cerrados que han convertido la política en un corralito.

El conglomerado unido por intereses partidistas y gremialistas de los partidos tradicionales, los grandes grupos mediáticos y económicos, lo que podemos llamar "el sistema", teme el empuje del partido emergente, Ciudadanos, porque un nuevo partido que reclama transparencia, listas abiertas, limitación de mandatos, y focalización en las necesidades de las personas y no en las falsas e inexistentes necesidades de los pueblos, las naciones, las clases, las castas o los sexos, es algo que pone en peligro para el futuro su tinglado, su corralito, su sociedad cerrada.

Por eso de nuevo "el sistema" está vetando a C's, las televisiones públicas no les permiten acudir a los debates, los medios los ocultan, los partidos los ningunean, los mamporreros nacionalistas les agreden, las encuestas los ignoran. Pero también hicieron lo mismo en las elecciones autonómicas, Ciutadans no existía, y sacaron nada menos que tres diputados. Previsiblemente lo mismo pasará ahora. Habrá muchas ciudades del círculo metropolitano de Barcelona y de Tarragona que auparán a los consistorios a "concejales ciudadanos".

Porque las necesidades de los ciudadanos no son la policía que multa a los comerciantes según el idioma en que rotulan, ni la totalitaria inmersión obligatoria en las escuelas en una de las dos lenguas oficiales, ni los fantasmagóricos estatutos, ni mucho menos la "construcción nacional". Las auténticas necesidades de los ciudadanos son las ciudades abiertas, bilingües, al servicio de las personas, donde la vivienda, el transporte, la seguridad, la cultura, la persecución de la corrupción urbanística sean las prioridades.

En definitiva, porque somos muchos los ciudadanos que no nos sentimos representados por los partidos mayoritarios, ya que actúan al margen de los intereses de la ciudadanía. Porque todos únicos, todos ciudadanos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ciutadans esta despertando cierta ilusión allende las fronteras catalanas, deseo que salgan bien parados estan elecciones municipales para poder allanar el camino para el 2.008. El salto a las elecciones generales puede marcar un antes y un después en la España post-1978.

Saludos.
http://espaniolito.blogia.com/

Juan dijo...

Por la consolidación de un partido bisagra que pueda llegar a acuerdos con los grandes partidos –PSOE o PP- sin pedir moneda a cambio. Los derechos de los ciudadanos, frente a los derechos de los territorios. Ciutadans caerá sobre los ayuntamientos como “agua de mayo”. Una bocanada de aire fresco en la politica municipal.

Un saludo, y felicidades por tu blog


Juan

http://apuntesypinceladas.blogspot.com/

Anónimo dijo...

critica, discurs cunfus
i diletant, obviamente sa de fer una critica ferotge al nacionalisme polític, que te una visió instrumental dels fets culturals propis. però aquesta critica s'ha de fer a una banda i a una altre,a el catalanisme avorrit que ven una catalanitat noucentista i resclosida que poc te a veure amb la Catalunya real polièdrica i complexa i al espanyolisme recalcitrant i omogienitzador retrograd i tancat a l'europeisme. Centrant-se en una visió jacobina de una nació que encare te menys raó de ser que cap altre, i que en ves de concentrar-se en un sanejament estatal ,en una eficiència del organisme estat , que doni solucions reals als problemes dels ciutadà s'envalentona en una guerra de desgast contra els fets culturals perifèrics, i no enfronta les necessitats reals.
el problema no es la nació, no es ni de lluny el que ciutadans planteja la qüestió es el model, el model de societat que ens hem imposat desprès de la reconversió industrial dels 60 70,
una societat sense comunitat, una societat sense subjecta polític, una societat vuida, on el model individualista de masses ha triunfat.
Al mateix temps ciutadans omple un vuit i dona una resposta al nou individu, aquesta resposta aquest nou sentir lliberal i popular, que al mateix temps vol cancel·lar els fets culturals perifèrics ,entesos tant com nacionals o com de pensament divergent al liberalisme postmodern , si Ciutadans es un ariet es el ariet contra la partitocracia i molta gent s'apuntara aquest nou carro el carro del feixisme postmodern, la descontenta de la classe mitja italiana i alamana dels 20 s' enfrontar un model ranci abraçant el feixisme ,avui en die el feixisme ja no te sentit però hi ha un nou feixisme post modern que es cristalize en diverses besants dels partits clàssics,i que ciutadans destil·la i les empaqueta en un front únic, també es cert que el nou feixisme no te antagonista i i que es un pont eficient per passar de una societat debil de pensament debil a una societat de bloc de pensament dur i de posicions certeses, felicitats heu donat amb el clau, però penseu que el vostre antagonista es ta per néixer i aquest us farà mal de veres perquè anirà a matar
i serà capàs de unir en un bloc únic tots els fet culturals perifèric sense excepcions en un sol bloc . slaut i bona campanya

Anónimo dijo...

No es una guerra contra los "hechos culturales", sino una reacción frente la homogeneización cultural planteada por gobiernos autonómicos. Pretender entender España como un conjunto de "culturas" yuxtapuestas si resulta bastante "feixista" y propio de la Alemania de los 20 y 30, y su obsesión por el espacio vital para que sobreviva el "hecho alemán".