11 mayo 2007

EL AJEDREZ NAVARRO


Mucho se habla de las consecuencias benéficas para ETA de su vuelta a las instituciones acordada con Zapatero: financiación, poder político, influencia social. Esto es lo más relevante, por supuesto, pero hay otros factores escondidos en la decisión del presidente de gobierno que también son exigencias de la organización terrorista.

En efecto, ETA por boca de Otegui ha admitido aparcar provisionalmente la independencia de las siete provincias vascas según su Biblia mitológica, y aceptar un estadio intermedio, éste sí irrenunciable: una autonomía a cuatro, que el poeta leonés ya ha bautizado a sus íntimos, haciendo alusión a algo parecido a "Comunidad de Castilla y León", dos territorios históricos unidos en una sola autonomía moderna. Una cosa como "Comunidad de Navarra y Euskadi", "País vasco-navarro" o similar.

La conquista de Navarra es irrenunciable para ETA en primer lugar por razones político-históricas, ya que esta secta nacionalista no aceptó el pacto de la transición -que sí aceptó el PNV- básicamente por la autonomía del viejo Reyno respecto a la comunidad vasca, y en segundo lugar porque la futura independencia de su mítica nación necesita una masa crítica que sólo puede aportar Navarra al País Vasco. Pero la conquista de Navarra tiene un escalado en el tiempo preciso y prolijo, porque hoy por hoy más de dos tercios de los navarros se oponen a la unión con los vascos.

La técnica ha de ser la del paso a paso, y el primer paso es un gobierno social-nacionalista a partir del 27 de Mayo que, para no asustar a la gente, se contente con un "órgano común permanente" como el formado por las mismas fuerzas en 1995. Con unos cuantos años de lavado de cerebro desde el gobierno foral y desde los medios de comunicación adictos al imperio PRISA y a los nacionalistas, así como desde los púlpitos y las escuelas, se lograría ir macerando la voluntad de los ciudadanos navarros, hasta que llegara un día en que el 51 % de ellos esté preparado para que el referéndum previsto en la disposición transitoria de la Constitución haga triunfar la fusión de las dos autonomías.

Naturalmente en esa "comunidad vasco-navarra" con amplísima autonomía pararía el proyecto de Zapatero, pero el de ETA y resto de nacionalistas continuaría hasta la autodeterminación y secesión. Recordemos que a toda asamblea revolucionaria democrática le sigue el reino del terror de Robespierre y que a toda república democrática de Kerensky le sigue la dictadura del horror de Lenin.

Se trata de no asustar a los navarros, y para ello la estrategia de Zapatero es maquiavélica: Por un lado, permite las listas de ETANV en muchos ayuntamientos navarros incluyendo el de Pamplona, ciudad en la que su lista tiene hasta 7 conocidos dirigentes de Batasuna, para que ETA tenga poder y dinero, a sabiendas de que por ejemplo en Pamplona el PSOE no tiene nada que hacer ante UPN y podría verse incluso superado por Nafarroa Bai (casa común de todos los nacionalistas no etarras: PNV, EA, Aralar), para lo cual ya le conviene que haya una lista de nacionalistas alternativa. En cambio, no permite la lista de ETANV al parlamento de Navarra, porque podría hacer peligrar su pacto oculto para formar un tripartito a la catalana (PSOE, Nafarroa Bai, IU), a nada que saquen 26 de los 50 parlamentarios. En este caso la presencia de ETANV no ayudaría sino que estorbaría, pues los terroristas no podrían justificar ante sus bases una entrada en el gobierno foral navarro.

Esta es la jugada magistral que posiblemente ZP y ETA manejan para el tablero de ajedrez navarro. Si cae la "torre" del gobierno de Navarra, previsiblemente continuará el plan establecido, y tras el cerco a los "alfiles y caballos" mediante el órgano común, llegará el momento en que ETA devore a la "reina" por medio de la autonomía a cuatro. El ilusionante e iluso leonés puede pensar que un tablero sin torres, alfiles, caballos, ni reina es una situación estable, pero cualquier adolescente sabe que eso sólo puede conducir a una única jugada final: el jaque mate decisivo, la independencia de la mítica Euskal Herria.

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