Euforia desbordada entre los partidos nacionalistas vascos y catalanes; preocupación indisimulada en el principal partido de la oposición: esa es la reacción a la dimisión –o destitución- de Bono y nombramiento de Rubalcaba.
Está claro que cumplida ya la proclamación de la nación catalana –llamada por el hipnotizador ZP sencillamente “Nou Estatut”- y el comienzo del proceso de proclamación de la nación vasco-navarra– llamado por ZP simplemente “Proceso de paz”-, nuestro AS, nuestro Adolescente Solemne necesitaba mover ficha.
Fuera michelines; adentro el muñidor.
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