En Cataluña, eso significa que el PP y Ciutadans tienen un voto oculto que no se manifiesta en los sondeos. La mejor demostración es el resultado inesperado para los encuestadores de C's, el neonato partido que no salía en los medios ni en los sondeos y sorprendió con nada menos que 3 diputados el 1 de Noviembre. Tengo para mí que el tripartito tiene muchas posibilidades de renovarse en Barcelona, pero que el PSC puede bajar y CiU subir, aunque sólo sea por hastío de parte de los electores. Y que Ciutadans puede entrar con dos o tres concejales. Y eso si que sería una revolución.
Claro que este partido que se sitúa en un centro-izquierda regeneracionista entre la derecha confesional del PP y el socialismo posmoderno y filonacionalista del PSOE, que reivindica la política ciudadanista, alejada de las oligarquías partidistas, las listas abiertas, la limitación de mandatos, la transparencia institucional y tantas otras cosas ilusionantes, es un peligro público para el 'establo', eso que los cursis llaman 'establishment' y yo prefiero acercarlo a su realidad de confortable hospedaje para esos rumiantes que buscan el calor y el pienso sin esfuerzo.
Por eso han disparado contra C's desde el campo nacionalista, socialista y conservador, todos a una, y han logrado que un personaje extraño, supuestamente militante y defensor del proyecto de 'Ciudadanos' haya intentado reventar la campaña ciudadanista difundiendo a los medios las disputas internas -fruto de la inexperiencia política, de cierta indefinición ideológica y sobre todo de la natural crisis de crecimiento exponencial- que se iban a dirimir democráticamente en un congreso extraordinario el próximo 30 de Junio.
Todos contra el invasor, es la consigna. Pero entre o no entre C's en el consistorio de Barcelona, seguro que entra en otras muchas ciudades de Cataluña, porque representa no a unos políticos y sus ambiciones sino a una necesidad de muchos ciudadanos españoles de romper la asfixiante 'jaula partitocrática'. C's tirará adelante con fuerza, crecerá, seguirá teniendo 'sarampiones juveniles', y se extenderá al resto de España con la inestimable ayuda de los círculos intelectuales cercanos a Fernando Savater y de progresistas desengañados del PSOE como Rosa Díez, y sacará diputados a Cortes en Madrid en las próximas elecciones generales. Al tiempo.
LA BATALLA DE NAVARRA
Hay que reconocer que es difícil -pero no imposible- que más del 51 % de los navarros voten a un centro-derecha foralista. Hay muchos ciudadanos navarros, especialmente en la Ribera, que son tradicionalmente votantes de la izquierda, y son renuentes a votar a UPN. Por otro lado, en Pamplona y el norte vascófono hay ciudadanos que no gustan de la fobia a la cultura vascona de la facción más navarrista de UPN.
En mi opinión, es necesario que en el futuro surja 'Ciudadanos de Navarra', con un mensaje de centro-izquierda y cosmopolita, para agrupar el voto de la izquierda moderada que huye del proyecto social-nacionalista de Zapatero y el de los ciudadanos que rechazan tanto el nacionalismo vasco imperialista como el rancio navarrismo españolista, que quieren poner el acento en la persona, sin mirar si es de identidad españolista, navarrista o vasquista, sino simplemente en las libertades y los derechos del ciudadano. Una izquierda liberal.
Estoy personalmente convencido de que con un centro-derecha como UPN y un centro-izquierda como Ciudadanos, los navarros tendrían asegurada para siempre la autonomía fuera de las fauces del imperialismo nacionalista vasco en al menos una proporción de dos tercios.
¿Qué hacer? Pues de momento votar a la única fuerza -UPN- que se opone a la alianza social-nacionalista que pretende conformar la "autonomía a cuatro" de ETA, aunque muchos navarros se sientan de izquierdas o nada navarristas, y potenciar para las elecciones generales del año que viene al partido Ciudadanos. Si el Partido de la Ciudadanía se afianza en Navarra, el futuro en libertad para los ciudadanos navarros está asegurado.