07 enero 2011

2011, EL AÑO DE LAS TAIFAS


Mientras España navega a la deriva política y económicamente, cuando parece que la mayoría de españolitos, nuevos ricos que votaban al PSOE de Zapatero por su snobismo buenista, pacifista, ecologista y progre, observan que ZP les está arruinando y se giran hacia el PP, aquí nadie se preocupa del gran problema de fondo de la España del 78, que es la inviabilidad del Estado del despilfarro autonómico.

Y nadie convoca elecciones generales a ver si otro presidente de gobierno es capaz de enderezar el rumbo de España; los grandes partidos se preparan para las batallas autonómicas y municipales de Mayo de este nuevo año. La derecha espera arrasar en las urnas, y la izquierda tan sólo aspira a 'salvar los muebles' gracias a algunos candidatos locales que puedan hacer olvidar la nefasta gestión del inútil ZP. Y naturalmente los caciques locales, cual meretrices políticas, exponen sus 'encantos' nacionalistas y regionalistas para venderse por toda suerte de momios, prebendas, sinecuras y canonjías al mejor postor, a aquellos políticos del PSOE o del PP que necesiten su votos para gobernar.

La España de las autonomías es inviable económicamente, pero nadie está dispuesto a reconocerlo, los grandes aspiran a seguir encaramados al poder, y los partidúsculos locales a mamar de la teta supuestamente interminable del Estado. Es necesaria una gran reforma democrática de la España del 78, es preciso reformar la Constitución, la ley electoral, el Poder Judicial, racionalizar las autonomías, minimizar el número de ayuntamientos. Pero nada de ello va a entrar en el programa político de las fuerzas políticas que integran la actual partitocracia española, porque atentaría contra sus intereses oligárquicos.

Existe un outsider que lo defiende en su programa, la UPyD de Rosa Díez, pero por eso mismo es el gran enemigo a silenciar y a abatir en el futuro próximo. Lo hemos visto en las pasadas elecciones catalanas, UPyD desapareció de los medios de comunicación, incluso por los supuestamente defensores de la unidad de España, que jugaron su cartas a favor de un PP convertido en una nueva Confederación Española de Derechas Autónomas, y de un partido como Ciutadans, antinacionalista pero tan localista como los núcleos neocarlistas que han florecido por la periferia de España a lo largo de la historia.

Cuando leemos que el PP de Madrid apuesta por un líder de la CEOE que se manifiesta como separatista catalán; cuando observamos incrédulos que el presidente electo de la Real Academia de la Lengua Española defiende la ilegal e ilegítima inmersión única en catalán; cuando vemos que la derecha mediática más beligerante contra el separatismo apuesta no por la nación de ciudadanos libres e iguales en derechos sino por la carcundia de una derecha tradicionalista, confesional y localista, es decir, una vieja derecha neocarlista; cuando oímos que un exdirigente como Álvarez Cascos abandona despechado el PP para formar un nuevo partido regionalista en Asturias, al estilo del pueblerino cántabro Revilla o de los carlistones de la UPN navarra; entonces empezamos a abandonar toda esperanza.

2011 es año de elecciones locales, y la España de las taifas camina hacia su implosión; la España cartagenera de izquierdas y la España carlistona de derechas han de helarnos el corazón. Algunos españoles no queremos ni la España de charanga y pandereta de la progresía, ni la España de cerrado y sacristía de la carcundia. Pero parece que somos pocos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Somos muchos los cansados del dislate autonómico. Cuando alcancemos a ser un determinado porcentaje que tranquilice a los dudosos, otros muchos se incorporarán a nuestra postura. Es cuestión de hacer ambiente en favor de la defensa del Estado no fragmentado, con paciencia.

Anónimo dijo...

Pues sí, pero yo más fácil veo emigrar y hasta entonces predicar en el desierto.