04 diciembre 2009

LA IMPUNIDAD DE CATALUÑA


La impunidad de Cataluña, esa es la auténtica reclamación del histórico editorial de la prensa unificada del Movimiento Nacional de Cataluña. Lo titulaban "la dignidad de Cataluña", pero es la impunidad de Cataluña, su impunidad, lo que están reclamando.

Porque más allá del argumento de que la prensa catalana vive de las subvenciones del gobierno autonómico -se da el obsceno caso de que el director de 'El Periódico' es el hermano de la mano derecha de Montilla en el Generalitat-, la unanimidad mostrada no sólo por los doce periódicos catalanes, sino por otros medios de comunicación, intelectuales orgánicos del régimen nacionalista, asociaciones seudoculturales y hasta el estrafalario y folklórico apoyo de las casas regionales, demuestran algo importante: es la oligarquía catalana y su complejo financiero-político-mediático que domina la sociedad catalana los que han reclamado la impunidad de Cataluña.

Como los territorios no tienen dignidad, ni tampoco impunidad, lo que realmente están reclamando es su impunidad. Ese 'edicto' es técnicamente fascista porque impone que el 'volksgeist' o espíritu del pueblo ponga su bota sobre el imperio de la ley o 'rule of law', pero une a independentistas, nacionalistas indefinidos, confederalistas, y mediopensionistas, une a todos los que no quieren la igualdad de todos los ciudadanos españoles ante la ley.

¿Por qué concita todas esas voluntades, que son las del 'estatut' anticonstitucional? Porque entre otras infamias antidemocráticas el 'estatut' impone la escisión del Poder Judicial de España, el contrapeso de los desmanes políticos y económicos, creando no un Poder judicial catalán, sino una Función Judicial catalana, al estilo del régimen nacionalsocialista alemán, es decir, unos órganos judiciales sometidos al supuesto 'volksgeist', o sea, al gobierno catalán de turno. Un falso Tribunal Constitucional catalán, un falso Tribunal Supremo de Cataluña, etc.

Porque cuando la oligarquía financiero-político-mediática catalana ha visto con pavor que su régimen corrupto oculto tras la 'senyera' asomaba la punta del iceberg, cuando ha visto cómo el caso Pretoria nunca habría sido descubierto desde Cataluña pero sí lo ha sido desde la Audiencia Nacional de Madrid, cuando ha pensado en los innumerables casos de corrupción que todavía permanecen ocultos, cuando le han temblado las piernas, es cuando ha llamado a rebato para reclamar la impunidad de Cataluña, es decir, su impunidad.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El proceso de autodeterminación culmina con la creación de una nación política, de un nuevo "imperio de la ley", escogido democráticament en las urnas, donde los ciudadanos del nuevo estado se garantizan derechos, deberes y libertades. No entiendo porqué C's está en contra de una Constitución catalana pero, por lo contrario, sí a favor de una Constitución española. Acaso el criterio que utilitza para acoger una y rechazar la otra és el tema nacional?

Anónimo dijo...

Te equivocas totalmente, amigo. La diferencia entre la secesión de una región determinada de una nación política -el caso de Cataluña- y la independencia de una colonia o de un país invadido es que en el primer caso no se parte de una situación de falta de democracia o de supresión o desigualdad de derechos sino precisamente lo contrario: se atenta contra el Estado de Derecho utilizando criterios insolidarios o identitarios o, lo que es lo mismo, antidemocráticos.

España se constituyó nación política a través de la Constitución de Cádiz (1812) cuando se pugnaba, al mismo tiempo, contra el Antiguo Régimen y contra la invasión napoleónica. De igual modo, la Constitución de 1978 reinstauró la democracia tras una dictadura fascista.

Por el contrario, los catalanistas lo que pretenden es dar un golpe de Estado anteponiendo los intereses de unas burguesías económico-administrativas muy concretas por encima de la soberanía nacional.

La nación catalana no es más que una ficción que sólo cabe en las mentes de quienes quieran creer en ella. Sin embargo, la nación política española es una realidad jurídica como lo es la francesa. En consecuencia, el proceso de reformas estatutarias iniciado en Cataluña no supone un paso adelante en los avances democráticos sino una involución neofeudalista que se ampara en las tradiciones y en los "derechos" históricos, tal y como reza el nuevo Estatuto catalán.

El secesionismo, llamado engañosamente independentismo por los nacionalistas, es reaccionario por naturaleza. Somete el todo a una pequeña parte. Falsifica la historia y los términos, llama centralismo al cumplimiento de la ley y expolio a la más elemental justicia redistributiva. Institucionaliza la mentira y explota el victimismo. Vive a costa del chantaje que implica invertir los márgenes de la libertad y la igualdad.

Anónimo dijo...

Te equivocas totalmente, amigo. La diferencia entre la secesión de una región determinada de una nación política -el caso de Cataluña- y la independencia de una colonia o de un país invadido es que en el primer caso no se parte de una situación de falta de democracia o de supresión o desigualdad de derechos sino precisamente lo contrario: se atenta contra el Estado de Derecho utilizando criterios insolidarios o identitarios o, lo que es lo mismo, antidemocráticos.

España se constituyó nación política a través de la Constitución de Cádiz (1812) cuando se pugnaba, al mismo tiempo, contra el Antiguo Régimen y contra la invasión napoleónica. De igual modo, la Constitución de 1978 reinstauró la democracia tras una dictadura fascista.

Por el contrario, los catalanistas lo que pretenden es dar un golpe de Estado anteponiendo los intereses de unas burguesías económico-administrativas muy concretas por encima de la soberanía nacional.

La nación catalana no es más que una ficción que sólo cabe en las mentes de quienes quieran creer en ella. Sin embargo, la nación política española es una realidad jurídica como lo es la francesa. En consecuencia, el proceso de reformas estatutarias iniciado en Cataluña no supone un paso adelante en los avances democráticos sino una involución neofeudalista que se ampara en las tradiciones y en los "derechos" históricos, tal y como reza el nuevo Estatuto catalán.

El secesionismo, llamado engañosamente independentismo por los nacionalistas, es reaccionario por naturaleza. Somete el todo a una pequeña parte. Falsifica la historia y los términos, llama centralismo al cumplimiento de la ley y expolio a la más elemental justicia redistributiva. Institucionaliza la mentira y explota el victimismo. Vive a costa del chantaje que implica invertir los márgenes de la libertad y la igualdad.

Anónimo dijo...

O sea, que sí una mujer quiere separarse de su marido le tiene que pedir permiso porqué se trata de algo que afecta a los dos. Y una separación unilateral por parte de la mujer (que es su voluntad, su libertad de escoger el futuro que quiere y con quién quiere) atentaría contra la base jurídica del matrimonio, no?

Yo creo que obligar a la mujer a no romper el matrimonio porqué es la voluntad de su marido es una imposición en toda regla. En esos casos los principios democráticos prevalen sobre la ley nacional. Y precisamente la ley internacional si contempla esos casos.

Anónimo dijo...

La comparación es del todo desacertada. Aquí no hay ninguna mujer que se quiera separar. Aquí lo que hay es una suegra gorda y fea -la del marido- que le cuenta mentiras a la mujer sobre el marido para que ésta acabe pidiendo el divorcio.

Los nacionalistas son una minoría, pero detentan los medios informativos, la Educación y casi todas las intituciones catalanas públicas y privadas.