11 julio 2010

MARCHA SOBRE BARCELONA


José Montilla soñaba ser la reencarnación del italiano Benito Mussolini.
José Montilla, al igual que Benito Mussolini, perteneció al Partido Socialista.
José Montilla, al igual que Benito Mussolini, olfateó que el opio del nacionalismo le daba más votos que la grifa del socialismo y se pasó con armas y bagajes a liderar el nacionalismo.
José Montilla, al igual que Benito Mussolini, ignoraba la esencia de la democracia, es decir, el sometimiento al imperio de la ley.
José Montilla, al igual que Benito Mussolini, no se alzó en armas, sencillamente hizo un llamamiento a las masas para que se rebelaran contra la democracia constitucional.
José Montilla, al igual que Benito Mussolini, lideró una marcha sobre la capital.
José Montilla, al igual que Benito Mussolini, encabezó la marcha con un lema de prevalencia de la nación sobre la ley.
José Montilla, al igual que Benito Mussolini, vino a decir algo como esto: "Nuestro mito fascista es la nación, es la grandeza de la nación, y a esa grandeza subordinamos todo lo demás".
José Montilla, al igual que Benito Mussolini, pretendía gobernar desde la ley pero contra la ley, transformando la democracia formal en dictadura.
José Montilla despertó en medio de la marcha y entre insultos y agresiones se escapó huyendo del escarnio y del oprobio: había incubado el huevo de la serpiente pero no pudo ser el domador de la Bestia, sino que fue engullido por ella.
José Montilla, descanse en paz política.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vayamos a lo que importa en esa semblanza de Montilla como un Mussolini redivivo. Mussolini se tiraba a todo lo que se meneaba y Montilla se la menea el solo. Basta verle el careto de pajillero compulsivo.

Gallina de Pell dijo...

La catalanofobia es racismo