08 mayo 2009

AGUR IBARRETXE, BON DÍA MONTILLA


Ha querido el destino que el mismo día en que se producía un hito histórico para bien de la libertad en el País Vasco se firmaba el acta de defunción de la libertad en Cataluña. Y lo que es más curioso, ambos hechos, el libertario y el liberticida, eran protagonizados por un presidente autonómico socialista. Paradojas de la política, y paradojas del PSOE zapaterino.

Empecemos por lo positivo: la reacción totalitaria del PNV, impregnada de nazismo, al no aceptar el resultado limpio de unas elecciones limpias -porque cuando ETA participaba eran sucias, éstas a las que no se ha podido presentar han sido las primeras limpias desde la Transición- ha empujado al PSE a echarse en brazos del PP, ya veremos por cuanto tiempo. Pero de momento, se ha conformado un gobierno socialista con apoyo de PP y UPyD, y eso es algo tremendamente positivo para la libertad de los ciudadanos vascos.

La presencia de las víctimas del terrorismo en la toma de posesión de la lehendakaritza, y la figura de esa formidable mujer que es Maite Pagaza abrazando a Patxi López, iluminan el futuro de la sufrida tierra vasca. Y no digamos lo que para la democracia a recuperar en esa comunidad significa el 'agur, Ibarretxe', y retirada de la política de ese talibán del etnicismo vasco que ha llevado a sus ciudadanos al borde del precipicio.

Lo negativo es que ese mismo día, en la Cataluña regida por el socialista Montilla, el parlamento autonómico decretaba la secesión de esa región de la nación española, al prohibir por ley la libertad de sus ciudadanos a educar a sus hijos en la lengua mayoritaria de esa comunidad, el español. Secesión de momento educativa y cívica, no total, pero secesión. Infamia constitucional derivada de un estatuto inconstitucional.

Como siempre, entre las tibias protestas del ámbito político ha destacado la voz firme y contundente de Rosa Díez, afirmando una obviedad políticamente incorrecta: el Tribunal Constitucional debe dimitir inmediatamente, porque es el culpable de que tres años después de la aprobación del estatuto, todavía no haya dictaminado sobre su obvia inconstitucionalidad.

Agur Ibarretxe, bon día Montilla. Positivo y negativo, luz y sombra, yang y yin, democracia y dictadura.

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