20 diciembre 2008
SOCIEDAD ENFERMA, GOBIERNO ENFERMO
Esta fotografía que pasará a formar parte de la historia universal de la infamia, esta radiografía de una sociedad vasca enferma, esta estampa tan siciliana de los amigos de Uría, asesinado a la puerta del bar y sustituido inmediatamente por otro azpeitiarra para que todo siga igual, para que nada viole la sobremesa de tute en una aldea vasca, porque en el fondo nada extraordinario ha pasado, tan sólo la rutina de un nacionalista vasco que asesina a un ciudadano vasco en nombre de la patria vasca entre la indiferencia y el miedo de la sociedad vasca ...
Esta sociedad enferma es la que se enfrentará la próxima primavera a unas nuevas elecciones autonómicas, en las que probablemente nada cambiará, porque nada puede cambiar, porque cada sociedad tiene el gobierno que se merece, y la 'Sicilia de txapela y txistu' ha optado hace muchos años, más de treinta, por someterse a la 'cosa nostra' euskalherríaca.
Nos decía ayer el euskobarómetro que se nota un pequeño cambio de tendencia, que parece que una opción que se diluye es la del frente nacionalista que gobierna la CAV, y que parece que resurge una posible entente 'socio-nacionalista'. No nos engañemos, eso no es un cambio, es una vuelta a lo antiguo, a lo fracasado, al gobierno nacionalista que con socialistas en él desarrolló una política nacionalista, desde 1986 a 1998. Más de lo mismo.
Y si alguien tiene alguna duda de que el PSE haya cambiado, podemos decir que sí, que ha derivado a peor, con el ultranacionalista amigo de la ETA y de los mamporros a su esposa Eguiguren de presidente, y el amigo de Batasuna y de las mesas de diálogo con terroristas López de secretario general.
¿Y el PSOE no puede hacerles modificar su política? En absoluto. No hay nada más nacionalista en estos momentos que el 'gobern de caciques' catalán que preside el socialista Montilla, ni la 'xunta de caciques' gallega que dirige el socialista Touriño.
Así que nadie se lleve a engaño, a una sociedad enferma corresponde un gobierno enfermo. A las elecciones vascas se presentará un abanico multicolor pero nacionalista, del PNV al PSE pasando por los apéndices de EA, IU y Aralar, un partido neocarlista y foralista como el nuevo PP sin María San Gil, y un único partido nacional, la UPyD de Rosa10, el único partido que entre el tute y el tiro en la nuca defenderá una nación española de ciudadanos libres e iguales. Una fuerza política que con seguridad no gobernará, pero que supondrá un soplo de aire fresco en el asfixiante parlamento vasco.
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