07 septiembre 2008

VUELVE EL MITO


Como cada once de Septiembre vuelve el mito, el mito de la inexistente nación catalana fundada en una inexistente defensa de una supuesta Cataluña frente a los tropas invasoras españolas que se quebró ese mismo día de 1714.

Todo el mundo sabe que se trataba de una guerra civil española, una más de las muchas habidas, en base a una lucha dinástica entre los Borbones y los Habsburgos por suceder al desgraciado rey Carlos II. Todo el mundo sabe que, sencillamente, la oligarquía catalana, como otras más de diversas regiones españolas, apostaron por el caballo perdedor, y ya está. Como cuando en el siglo siguiente volvió a apostar por el pretendiente equivocado de la mano de curas trabucaires y obispos protonazis, el absolutista y reaccionario pretendiente Don Carlos.

Es verdad que algunos pobres catalanes, con el cerebro lavado por treinta años de doctrina nacionalista expelida desde las escuelas y los púlpitos ignoran la realidad, pero sin duda quienes mejor conocen la verdad histórica son los hipócritas políticos catalanistas. Pero ya dice el manual del buen nacionalista que para 'construir una nación' el fin justifica los medios, en algunos casos hasta los sangrientos, y en cualquier caso no van a dejar que la realidad estropee un buen mito.

Curiosamente, en el aquelarre mítico-nacionalista que se montará en Barcelona el próximo jueves 11 participan todos los partidos nacionalistas como es natural, desde el PSC a ERC pasando por CiU y los comunistas disfrazados de lagarterana econacionalista. Pero lo asombroso es que el partido del síndrome de Estocolmo, el PP de la 'simpática' Sánchez-Camacho participe en la mascarada dando codazos por hacer la ofrenda floral a un inexistente héroe catalanista entre escupitajos, huevos podridos y amenazas terroristas. Claro que si a esto se añade que algún concejal del PP ha dado el sí a que ondee en su ayuntamiento la ilegal y partidista bandera estelada de la supuesta revolución para la liberación de Cataluña (sic), el ridículo alcanza cotas inimaginables.

Sólo Ciutadans y la sección catalana de UPyD han optado por no figurar en la charlotada nacionalista. Afortunadamente todavía existe en España una fuerza política nacional.

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