10 mayo 2008

CRISIS EN CATALUÑA


No, la sociedad catalana no está en crisis. Pero no porque no tenga razones para estarlo, sino porque es una sociedad narcotizada por el nuevo opio del pueblo que es el nacionalismo, y ya se sabe que cuando la población es sometida a una buena dosis diaria de opiáceos pasa del estado de ciudadano al de súbdito, pues ya dice el sabio refrán que "ojos que no ven, corazón que no siente".

No, la crisis catalana es de los partidos políticos, consecuencia de los últimos resultados electorales. El único que ganó ampliamente el 9-M, el PSC, y que debería ser el más fortalecido, muestra una falsa apariencia de calma, porque sus dirigentes saben que no ganaron ellos sino Zapatero y su cruzada anti-PP, y porque saben que el gobierno tripartito es un obstáculo para el plan zapateril a medio plazo de gobernar con CiU.

CiU lleva años perdiendo todas las elecciones, o al menos no consiguiendo los suficientes escaños como para gobernar, y sus militantes, acostumbrados a la poltrona, se debaten en luchas fratricidas entre los que proponen el soberanismo como opción para 'pillar cacho' (Mas, Puig, Pujol) y los que piensan, con más inteligencia, que para tocar poder hay que disfrazarse de nuevo de 'lagarterana autonomista' (Durán, Recoder).

El PP catalán ha fracasado el 9-M en toda regla, y si ya de por sí se fraguaba una guerra intestina como siempre entre los que quieren defender los valores constitucionales contra el nacionalismo obligatorio aunque les prive de ciertos votos y los que quieren cargos y coches a costa de mimetizarse con el paisaje nacionalista, ahora con la crisis nacional que vive el PP de Rajoy, la explosión parece inminente, y tres candidaturas se pelean a muerte con vistas a Julio.

ERC son cuatro y presentan cuatro candidaturas a su próximo congreso, tal es el estado de crisis total de los independentistas sin complejos debido a la debacle electoral. Saben que si se moderan un poco seguirán 'chupando del bote' en el gobierno tripartito, pero su naturaleza es el extremismo y la política antisistema, aunque eso les pueda llevar a perder el coche oficial.

Iniciativa es el partido de los auténticos progres de salón, ecologistas de moqueta y feministas de pasarela, y su pequeño nicho electoral se ha visto mermado por el voto útil hacia un Zapatero que 'vende' lo mismo, aunque luego haga lo que quiera: ahora libera a De Juana Chaos y luego lo encarcela, ahora prohíbe los trasvases y luego los aprueba, ahora negocia con ETA y luego los entrulla, ahora llena el gobierno de ministras y de discursos de igualdad y luego sigue gobernando él solito en todos los ámbitos, ahora saca al ejército de Irak y luego lo aumenta en Afganistán y Líbano.

En fin, lo único que faltaba era que el humilde pero 'revolucionario' partido Ciutadans, la sorpresa de las elecciones autonómicas del 2006, acabara de reventar después de la crisis del año pasado en la que buena parte de los afiliados se fueron con Rosa Díez o sencillamente a su casa. Ahora dos de los tres 'diputats', Antonio Robles y José Domingo, han unido sus fuerzas para intentar cambiar al presidente del partido, el fracasado Albert Rivera, el otro diputado del 'Parlament'. Tras la debacle 'ciudadana' del 9-M, el que esto escribe ya expresó la opinión de que Ciutadans había cubierto un ciclo, pero que ahora la 'tercera España' estaba representada por UPyD. Honradamente pienso que el movimiento de los 15 intelectuales que engendraron este partido como su primera criatura circunscrita al Principado, y que desgraciadamente ha muerto de enfermedad infantil -probablemente de asamblearismo-, han parido un segundo hijo mucho más robusto porque ha arraigado en todo el territorio nacional, ha impregnado a toda la ciudadanía española, la UPyD de Rosa Díez.

Y eso lo estamos viendo todos los días en las Cortes, donde mientras los diputados del PP están enzarzados en sus luchas internas por el poder a la vista del cadáver político de Rajoy, una sola diputada, Rosa Díez, es la única pero eficaz oposición a Zapatero.

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