Este año la constitución del 78 cumplirá 30 años. Tiempo más que suficiente para pensar que quizá no sería mala idea remozarla un poco, cerrar los temas que inevitablemente tenían que quedar abiertos en aquel año porque todavía no se había desarrollado el Estado de las autonomías, y corregir posible errores detectados con el tiempo.
Pues bien, después de la experiencia del gobierno Zapatero dinamitando los consensos básicos de la transición en los que se basaba esa constitución, y de su proceso no declarado de desborde de ésta por la vía de los hechos para hacer concesiones a los nacionalistas, terroristas o no, la reforma de la constitución ya no es una posibilidad, sino una necesidad imperiosa para salvar los pilares de la democracia en España.
Si queremos mantener la soberanía en los ciudadanos españoles y no en los territorios que por razones reaccionarias de cariz etnocultural se autotitulan como soberanos, si queremos mantener la igualdad de derechos y deberes de todos los españoles, si queremos regenerar la política española que ha caído presa del permanente chantaje de las 'bisagras separatistas', es necesaria una reforma política, una 'pequeña revolución' al estilo de la 'revolución naranja' de Ucrania, para que se pueda reformar la constitución, la ley electoral y la vida parlamentaria.
Para ello es necesario que emerja el 'tercer partido', un tercer partido inequívocamente nacional y regeneracionista que haga de 'bisagra nacional' entre el PP y el PSOE y les permita gobernar sin aceptar el chantaje insaciable de los nacionalistas.
El 'establishment' financiero, político y mediático trata de mantener el 'status quo' y de cerrar el paso a ese nuevo partido, el empeño de llegar a las Cortes Generales es titánico, pero algo me dice que será posible el 'milagro', como lo fue el de los tres diputados de 'Ciutadans' en las elecciones catalanas del 2006.
Porque algo se mueve en la calle, porque los ciudadanos quieren su voz, porque al fin seguimos hablando de un país, porque se han levantado vientos de cambio, porque nosotros venceremos, porque de nuevo los tiempos están cambiando, como anunciara el juglar del siglo XX Bob Dylan:
"Vamos, senadores y congresistas,
Por favor, oíd la llamada,
No os quedéis en los pasillos,
No bloqueéis la puerta.
Porque resultará herido
Aquel que se oponga.
Una batalla furiosa se avecina
Y pronto temblarán vuestras ventanas
Y se derrumbarán vuestros muros,
Porque los tiempos están cambiando"
1 comentario:
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Un saludo!
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