14 abril 2007

CIUDADANOS EN LA DIANA


La sociedad catalana, tan pactista y tan pacifista ella, se está batasunizando por momentos, de una manera lenta pero progresiva. Lo denunciamos algunos cuando surgió el manifiesto de los intelectuales, germen de "Ciutadans de Catalunya", y fue recibido con insultos, descalificaciones y amenazas. Luego vinieron las agresiones físicas y los boicots a sus actos. Una vez constituidos como partido, sufrieron el mismo castigo verbal y físico que el Partido Popular.

El proceso es siempre el mismo. Lo instituyó Lenin, el criminal que convirtió la teoría marxista en una práctica totalitaria y asesina, delimitando un cordón sanitario en torno a la supuesta clase infecta, la burguesía, demonizándola primero, acorralándola después, y tratando de exterminarla como final lógico. El procedimiento fue tan eficaz para construir un Estado totalitario que Hitler lo copió y lo aplicó a su proyecto nacional-socialista: declaró un cordón sanitario en torno a una supuesta raza infecta, la judía, y la demonizó, la acorraló y la exterminó hasta que pudo.

El nacionalismo vasco en su versión marxista-leninista pasada por el cedazo maoísta de la liberación nacional (sic) aplicó la misma teoría y práctica desde 1959, y así estamos todavía. Hubo un intento de terrorismo catalanista en los años ochenta, mediante unos grupos con la misma ideología nacionalista-maoísta que ETA, los organizados bajo el nombre de Terra Lliure, que aterrorizaron a la sociedad con atentados contra los ciudadanos que osaban oponerse al nacionalismo obligatorio, pero la sociedad catalana no era tan receptiva como la vasca, y los terroristas, aislados, negociaron un cese del terror sin arrepentimiento ni petición de perdón que les valió la libertad, y ahí les tenemos ahora ya calvos y canosos integrados en ERC.

Pero la deriva confederalista de Zapatero, su alianza estratégica con los nacionalistas vascos y catalanes para lograr un alto el fuego de ETA a cambio de promesas de ruptura constitucional, naciones (sic) confederadas y referendos de autodeterminación encubiertos de consultas para ejercer el derecho a decidir (sic), ha producido una relevante aunque todavía minoritaria rebelión cívica contra este proyecto. Proyecto que cercena las libertades individuales y la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos españoles ante la ley para arrodillarse ante los inexistentes y siempre totalitarios "derechos colectivos". Inexistentes y totalitarios porque las personas existen y tienen derechos, mientras las clases, las razas y las naciones son tan sólo constructos intelectuales, agrupaciones de individuos por ciertos elementos similares y comunes, que no pueden tener derechos como es natural.

Es necesario frenar la rebelión de los ciudadanos. No sólo es el PP, partido nacional con diez millones de votos, al que hay que aplicarle el cordón sanitario de origen leninista y hitleriano, también a todo el que se oponga a la alianza estratégica social-nacionalista que gobierna España y muchas comunidades, entre ellas Cataluña. Hay que demonizar a los movimientos cívicos como Basta Ya, Foro Ermua y por supuesto al nuevo partido "Ciudadanos". Y darles donde más les duele. Por ejemplo, en los testículos del socialista miembro del Foro Ermua Antonio Aguirre. Literalmente.

Y comenzar a cercenar la libertad de los ciudadanos catalanes que queremos votar a una opción progresista pero no nacionalista como C's. ¿Cómo? Amenazando de muerte a sus diputados autonómicos. Hay que lograr que sus cargos políticos tengan miedo, pero sobre todo frenar la avalancha de ciudadanos hartos del nacionalismo catalán que estaban engrosando las filas de C's, metiéndoles el miedo en el cuerpo con esta amenazas de muerte. El establo catalán, ese rebaño de rumiantes formado por CiU, PSC, ERC y ICV, no golpeará el árbol naturalmente; lo harán otros, como las juventudes de Esquerra y los Maulets; pero ellos recogerán las nueces.

El diputado de C's en el Parlament, José Domingo, histórico luchador por la libertad en Cataluña desde hace muchos años, integrante desde su fundación de la Asociación por la Tolerancia que se atrevió a clamar en el desierto catalán contra la imposición del catalán en las escuelas y en las instituciones públicas, ha visto una pintada con su nombre en una diana en el portal de su casa. Igual que en el País Vasco ha hecho ETA durante cuarenta años. Se trata de inducir el miedo, no ya en él, pero sí en su familia, en sus vecinos, y en la gente que se está integrando en Ciutadans. Porque ellos, los nacionalistas, saben muy bien que donde hay miedo no hay libertad. Y donde no hay libertad, los políticos hacen lo que quieren en el poder.

Desde nuestra solidaridad con José Domingo y su familia, los ciudadanos catalanes que no queremos renunciar a nuestra libertad ya sabemos a quién votar el próximo 27 de Mayo. Y a pesar de la intoxicación de los media sobre la intención de voto, creemos firmemente que el establo catalán se va a llevar un disgusto mucho mayor que el del 1 de Noviembre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es cierto que muchos votantes de Ciudadanos no podemos decir que lo somos, por miedo.