17 diciembre 2006

UNA LENGUA, UNA NACIÓN


El lema favorito de los nacionalistas catalanes, desde la secta nacionalista de campanario y meapilas de Unió hasta la socialistoide y etnicista de ERC, desde la seudoliberal y caciquil de Convergencia hasta las hordas antisistema de los Maulets, es el mismo: "Una misma lengua, una misma nación".

Lo que implica no sólo el desconocimiento de la realidad objetiva de que Cataluña es un crisol de orígenes étnicos y de culturas, sino que además aspira a lo que implica todo nacionalismo, un proceso sin fin de hegemonía y expansión que acaba siempre en imperialismo. Por lo que todos los nacionalistas catalanes -como los vascos aspiran a la anexión de Navarra y las comarcas vasco-francesas- mantienen como programa máximo la constitución de los Països Catalans, esto es, la absorción por Cataluña de la Comunidad Valenciana, las Baleares y el Rosellón.

Pero ya dice el Eclesiastés que no hay nada nuevo bajo el sol. El nacionalismo catalán, como todos los nacionalismos, tiene el mismo leit-motiv eterno. Quizá uno de los que mejor explicaron esa ambición política fue Adolf Hitler, quien en la primera página de su "Mein Kampf" y como fundamento ideológico para su anschluss o anexión de Austria y los Sudetes escribió: "Una misma sangre exige un mismo Reich". Lo que traducido al lenguaje posmoderno del siglo XXI se lee: "Una misma lengua, una misma nación".

1 comentario:

Xavier F dijo...

Fot fàstic el teu plantejament, on només es llegeix odi i rancúnia. Visca Catalunya Lliure.