03 diciembre 2006

¿POR QUÉ GRITAN LIBERTAD?


En una de las sesiones de tortura psicológica a las que se ha visto sometido Albert Rivera en la "TV Nostra", especialmente bajo el látigo de la "dómina", especialista en disciplina inglesa que es la airada Terribas, esa entrevistadora que no deja escuchar a los entrevistados porque ella es la que protagoniza la entrevista, le preguntaba molesta por qué los militantes de C's gritaban ¡libertad! la noche de las elecciones.

Albert, como le sucede a cualquiera - ahí están Piqué, Loquillo y tantos otros- que pasa por los platós de Sant Joan d'Espí, se sintió preso con síndrome de Estocolmo y dulcificó una respuesta que merecía algo más contundente. Le habría sido muy fácil decir que en Cataluña sólo los nacionalistas tienen auténtica libertad para decir y hacer lo que quieran, y que los que se manifiestan como no nacionalistas son tachados inmediatamente por los integrantes del Partido Unificado de Cataluña (CiU, PSC, ERC, ICV) de fachas, españoles enemigos de los catalanes, ultraderechistas y demás lindezas, lo cual abona el campo para que a continuación los mamporreros del PUC, las juventudes de ERC, los Maulets o cualquier otro desgarramantas boicotee e incluso agreda a los no nacionalistas.

Ahí están las agresiones al PP y a C's durante la campaña del estatut y la de las elecciones autonómicas. Pero si alguien pensaba que una vez conquistado el nuevo Estatut, iban a cejar en su política excluyente, estaba muy equivocado. El nacionalismo catalán es estructuralmente totalitario, y no admite la pluralidad de la sociedad catalana. Su filosofía política es la insuflada por Mussolini, cuando decía aquello de "Nuestro mito fascista es la nación, es la grandeza de la nación, y a esa grandeza subordinamos todo lo demás". O esa paráfrasis de Hitler, que han modernizado con el eslogan "Una nación, una lengua, un Estado".

Todo el que se oponga a esa uniformidad debe ser destruido. Si hay "inadaptados sociales" que defienden el derecho universal y constitucional a ser educados en su lengua materna, estando en su propio país, han de ser eliminados. Francisco Caja, que estaba en la calle pidiendo un derecho tan fundamental, creyendo que estaba en un país libre, sufrió las iras de los camisas pardas catalanes.

¿Y aún no saben por qué gritamos libertad?

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