05 noviembre 2006

PAISAJE DESPUÉS DE LA BATALLA ELECTORAL: II - EL DESCOMUNAL BATACAZO DE MONTILLA


Todos los analistas coinciden en que el gran derrotado de los comicios catalanes ha sido Montilla, o lo que es lo mismo, el PSC. Montilla se ha pegado un descomunal batacazo electoral, no parece discutible; ha perdido 4,5 % de los votos y 5 escaños. Más que nadie.

Montilla, ese aparatchik sin asomo de carisma. Montilla, ese charnego acomplejado de serlo y por ende sometido al síndrome de Estocolmo que supone manifestarse como más catalanista que los catalanes autóctonos y fiel defensor de la política racista y xenófoba de los nacionalistas que, en el fondo, abominan de él y lo humillan, como demostró el convergente Xavier Sala i Martín en La Vanguardia. Montilla, ese "comisionista" de la Caixa que fracasó con sus maniobras opistas en la oscuridad, en la gestión de su Ministerio de Industria incluida la sedición de los trabajadores en el aeropuerto de El Prat. Montilla, ese muñidor en la sombra del inmoral Pacto del Tinell, del desastroso gobierno tripartito, del inicuo e inconstitucional Estatut, ese valedor del partido más totalitario y etnicista, la Esquerra de Carod y Puigcercós.

Montilla no ha sido capaz ni de conservar los votos más catalanistas, que probablemente se han ido a ICV, ni por supuesto los más socialistas, que se han ido a la abstención y, a pesar del Muro político-económico-mediático del establishment, al nuevo partido Ciutadans, que recoge la tradición progresista -y por ende no nacionalista- de los ciudadanos catalanes.

Montilla podría recuperar el tripartito a pesar de la debacle electoral, pero no es lo que le conviene electoralmente a Zapatero, y la sombra del inquilino de la Moncloa es alargada. Por eso, estando todos de acuerdo en que el PSC y Montilla han fracasado, no coincidimos todos en decir que también haya fracasado Zapatero. Los designios de ZP parece que pasan por ceder el poder de la Generalitat a CiU, para recibir así en el futuro el apoyo de esta federación a su gobierno presente y futuro. Su proyecto es nítido para el que lo quiera ver: Cataluña para los nacionalistas catalanes, el País Vasco para los nacionalistas vascos, Galicia, si es necesario, para los nacionalistas gallegos, y el Restoespaña, para él, y todo ello por los siglos de los siglos.

Sería humillante para Montilla poner sus escaños al servicio de un gobierno de CiU o incluso de coalición, pero ZP no dudaría en hacerlo si fuera necesario. Pero quizá hay una opción mucho mejor para Zapatero y más honrosa para Montilla: un gobierno ultranacionalista de CiU y ERC. ¡Pobres ciudadanos de Cataluña! Afortunadamente, ahora hay un neonato partido que representa sus intereses, los intereses de las personas: C's.

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